Julian B. Rotter fue un influyente psicólogo clínico y educativo que hizo contribuciones significativas al campo de la psicología durante el siglo XX. Rotter es conocido por su desarrollo de la teoría del aprendizaje social y su concepto de «locus de control«, que se refiere a la creencia de una persona sobre su capacidad para influir en los eventos.

Rotter se hizo famoso por su enfoque en cómo las expectativas y las percepciones de una persona sobre el refuerzo pueden influir en su comportamiento. Su trabajo ha tenido un impacto duradero en la psicología y sigue siendo una referencia importante en el campo.

Primeros años de Julian B. Rotter

Julian B. Rotter nació el 22 de octubre de 1916 en Brooklyn, Nueva York. Era hijo de inmigrantes judíos y creció durante la Gran Depresión, un período que influiría en gran medida en su posterior interés por la psicología. Los efectos de la Gran Depresión le hicieron cuestionarse por qué las personas responden de manera diferente a situaciones estresantes y difíciles, una pregunta que más tarde guiaría su investigación y trabajo en psicología.

Después de completar sus estudios de secundaria, Rotter decidió estudiar en la Universidad de Brooklyn. Originalmente, eligió química como su especialización y obtuvo su licenciatura en esta disciplina en 1937. Sin embargo, durante su tiempo en la universidad, Rotter tomó un curso de psicología que tuvo un impacto profundo en él. Este curso despertó su interés por la disciplina y cambió su trayectoria académica y profesional.

Siguiendo su nuevo interés en la psicología, Rotter continuó sus estudios en la Universidad de Iowa, donde obtuvo una maestría en psicología en 1938. Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió como psicólogo en el Cuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos, donde ayudó a desarrollar pruebas de selección y entrenamiento para pilotos y tripulaciones de bombarderos. Esta experiencia reforzó su interés en la psicología clínica.

Después de la guerra, Rotter se trasladó a la Universidad de Indiana para completar su doctorado en psicología clínica, que obtuvo en 1947. Durante su tiempo en Indiana, Rotter comenzó a desarrollar sus teorías sobre el aprendizaje social y el locus de control, que más tarde se convertirían en las piedras angulares de su carrera y su contribución al campo de la psicología.

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El Locus de Control de Julian B. Rotter

Una de las contribuciones más importantes de Julian B. Rotter al campo de la psicología es el concepto de locus de control. Este término se refiere a cómo los individuos atribuyen los resultados o sucesos de sus vidas, ya sea a sus propias acciones (locus de control interno) o a factores externos fuera de su control (locus de control externo).

Si alguien tiene un locus de control interno, tienden a creer que los resultados de sus acciones están bajo su propio control. Estas personas suelen sentir que tienen la capacidad de influir en los sucesos de sus vidas a través de sus propias decisiones y comportamientos. Tienden a ser más proactivos y a menudo creen que pueden cambiar las circunstancias a través de su propio esfuerzo y voluntad.

Por otro lado, aquellos con un locus de control externo suelen creer que los sucesos de sus vidas están determinados por factores externos, como el destino, la suerte o las circunstancias fuera de su control. A menudo pueden sentirse impotentes o que tienen poco control sobre los eventos de sus vidas.

Este concepto ha tenido un impacto significativo en muchas áreas de la psicología, incluyendo la psicología de la personalidad, la psicología clínica y la psicología de la salud. Se ha comprobado que el locus de control tiene implicaciones importantes para una variedad de resultados, como el rendimiento académico, la satisfacción laboral, la salud física y mental, y la adaptación al estrés. La medición del locus de control se utiliza a menudo en la investigación psicológica y puede ser un factor importante a considerar en la terapia y la intervención psicológica.

Otras aportaciones en el campo de la Psicología

Además del concepto de locus de control, Julian B. Rotter hizo otras contribuciones significativas al campo de la psicología, especialmente a través de su teoría del aprendizaje social.

La teoría del aprendizaje social de Rotter, que desarrolló junto a Bandura en la década de 1950, se basa en la idea de que el comportamiento de una persona está determinado por la interacción entre su entorno y sus expectativas o creencias personales. Según esta teoría, las personas toman decisiones sobre su comportamiento en función de sus expectativas sobre lo que sucederá si actúan de una determinada manera (llamada expectativa de reforzamiento) y del valor que dan a estos resultados (llamado valor de reforzamiento).

Rotter también fue uno de los primeros psicólogos en hablar de la «personalidad específica de la situación«, que sostiene que la conducta de una persona está fuertemente influenciada por las circunstancias y el contexto. Esta idea fue en contra de las teorías de personalidad de la época, que a menudo enfatizaban los rasgos de personalidad estables y consistentes a lo largo del tiempo y las situaciones.

Además, Rotter trabajó en el campo de la psicología clínica y contribuyó al desarrollo de técnicas de terapia cognitiva y comportamental. Sus aportaciones han tenido un gran impacto en la psicología y han influenciado muchos campos, desde la psicología de la salud hasta la psicología organizacional y educativa.

Rotter falleció en 2014 a la edad de 97 años, dejando un legado duradero en la psicología a través de su investigación y teoría.

 

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Referencias

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