¿Alguna vez te has preguntado cómo es posible que, en cuestión de milisegundos, seamos capaces de recordar una imagen o escena que acabamos de ver? Pues bien, la respuesta está en una de nuestras capacidades cognitivas más fascinantes: la memoria icónica. Vamos a descubrir el asombroso mundo de la memoria icónica, desentrañando sus secretos, y mostrándote qué es y cómo funciona.

El poder de retener imágenes en un abrir y cerrar de ojos

La memoria icónica es una forma de memoria sensorial que nos permite almacenar y retener información visual de manera muy breve. Imagina que ves un relámpago en una tormenta: aunque solo dura un instante, la imagen del relámpago queda grabado en tu mente durante un tiempo que suele ser inferior a un segundo.

Ese «destello» que recordamos es un ejemplo perfecto de cómo funciona nuestra memoria icónica. Es rápida, efímera y se encarga de almacenar imágenes y escenas visuales que apenas duran unos instantes.

La característica principal de la memoria icónica es su capacidad para retener una gran cantidad de información visual en un período muy breve. Esta habilidad se puso a prueba en el experimento de Sperling, una prueba clásica diseñada por el psicólogo George Sperling en 1960.

En este experimento, se mostraba a los participantes una matriz de letras durante apenas 50 milisegundos y posteriormente se les pedía que recordaran cuantas letras pudieran. Aunque los participantes solo podían recordar 4 o 5 letras de la matriz completa, pero cuando se les pedía recordar una fila concreta de la matriz, podían hacerlo con facilidad. Este estudio consiguió demostrar que, en realidad, la memoria icónica había almacenado todas las letras de la matriz, pero solo algunas de ellas pasaban a la memoria a corto plazo.

Test de percepción visual

¿Cómo funciona la magia de la memoria icónica?

Cuando percibimos una imagen o escena, nuestras retinas captan la información y la envían al cerebro, entonces, la memoria icónica entra en acción, almacenando temporalmente esa información visual.

Aunque pueda parecer sorprendente, la duración de la memoria icónica es extremadamente corta, de apenas unos 250 a 500 milisegundos y, pasado ese breve período de tiempo, la información desaparece o es reemplazada por nuevos estímulos visuales.

Una de las funciones más importantes de la memoria icónica es actuar como un «almacén temporal», que permite a nuestro cerebro seleccionar y procesar los estímulos visuales más relevantes. Así, la información almacenada en la memoria icónica puede ser descartada si se considera irrelevante, o es procesada y transferida a la memoria a corto plazo, donde se puede almacenar por más tiempo y utilizarse para diferentes propósitos.

Un ejemplo cotidiano de cómo la memoria icónica afecta nuestra vida diaria es la ilusión del movimiento en las películas y los videojuegos. Cuando vemos una película o jugamos a un videojuego, en realidad estamos viendo imágenes fijas que se suceden rápidamente. Sin embargo, nuestra percepción es la de un movimiento fluido y continuo.

Test de estilos de aprendizaje

Esta sensación de movimiento se produce gracias a la memoria icónica, que almacena temporalmente cada imagen y crea una sucesión de imágenes en nuestra mente generando la ilusión de movimiento. Este fenómeno se conoce como «persistencia de la visión» y es un claro ejemplo de cómo la memoria icónica tiene un impacto directo en nuestra vida cotidiana.

La memoria icónica tiene un papel en muchas otras actividades cotidianas, por ejemplo, al conducir un automóvil, la memoria icónica nos ayuda a recordar brevemente señales, peatones y otros vehículos y esta información nos permite tomar decisiones rápidas y seguras al volante.

Los deportistas también dependen de la memoria icónica para anticiparse a los movimientos de sus oponentes y reaccionar rápidamente. Por ejemplo, un portero de fútbol debe recordar la posición de sus compañeros y rivales en el campo, así como la trayectoria del balón, para tomar decisiones en una fracción de segundo.

La memoria icónica es fundamental en la creación artística, los pintores, por ejemplo, utilizan esta habilidad para recordar brevemente colores, formas y texturas, lo que les permite plasmar sus ideas en el lienzo. Del mismo modo, cuando observamos una obra de arte, nuestra memoria icónica nos ayuda a recordar y comparar diferentes elementos visuales.

La memoria icónica y el aprendizaje

La memoria icónica juega un papel muy importante en el aprendizaje, especialmente en la adquisición de habilidades visuales y espaciales. Por ejemplo, al aprender a leer, los niños utilizan su memoria icónica para recordar la forma de las letras y relacionarlas con los sonidos que representan. Del mismo modo, al aprender matemáticas, la memoria icónica ayuda a los estudiantes a recordar y manipular mentalmente números y símbolos.

Además, la memoria icónica es especialmente útil en el aprendizaje de habilidades motoras, como tocar un instrumento musical o practicar un deporte. Al observar y recordar brevemente los movimientos de un maestro o entrenador, los estudiantes pueden imitar y perfeccionar sus propias habilidades.

Uno de los roles fundamentales de la memoria icónica en el aprendizaje es el procesamiento de información visual, ya que, al actuar como un almacenamiento temporal para la información visual, permite a los individuos captar y retener información rápidamente, lo que resulta vital para aprender de manera efectiva en entornos ricos en información visual.

Además, la memoria icónica está estrechamente relacionada con la atención visual, lo que ayuda a los individuos a prestar atención y concentrarse en la información visual relevante. La atención visual es esencial para el aprendizaje, ya que permite filtrar información irrelevante y enfocarse en la información importante para comprender y recordar conceptos.

La memoria icónica también facilita la integración de la información visual en el aprendizaje, así, por ejemplo, al leer un libro de texto, nos permite procesar y retener imágenes, gráficos y diagramas que complementan y refuerzan la información presentada en el texto, esta integración de información visual y verbal ayuda a una comprensión más profunda de los conceptos y mejora la retención y la memoria a largo plazo.

Otro aspecto importante en el que la memoria icónica es que contribuye al aprendizaje es el desarrollo de habilidades espaciales y visuoespaciales, como la orientación espacial, la percepción de profundidad y la rotación de objetos en nuestra mente, habilidades que resultan fundamentales para el aprendizaje en áreas como la geometría, la física y la arquitectura.

Por último, la memoria icónica juega un papel en el reconocimiento de patrones y la categorización, permitiendo a los individuos identificar similitudes y diferencias en la información visual; esta habilidad resulta esencial para el aprendizaje, ya que facilita la organización y clasificación de la información en categorías y conceptos significativos.

Buscando las claves de la memoria icónica

Aunque la memoria icónica ha sido estudiada desde hace décadas, aún hay muchas preguntas por responder y misterios por resolver. Los científicos siguen investigando cómo funciona exactamente esta forma de memoria, su relación con otras áreas del cerebro y cómo se ve afectada por factores como la edad, el género o las condiciones neurológicas.

Uno de los temas de investigación más interesantes es el de las mejoras en la memoria icónica. Algunos estudios sugieren que es posible entrenar y mejorar nuestra capacidad para retener información visual de forma breve, lo que podría tener aplicaciones prácticas en campos como el deporte, donde los atletas podrían beneficiarse de una mejor percepción y procesamiento de información visual rápida.

En estudio llevado a cabo por el equipo de Isabel Gauthier en 2004, evaluó el entrenamiento de la memoria icónica y la atención a través de la capacitación en el reconocimiento de objetos novedosos llamados «greebles».

En este estudio, los investigadores entrenaron a los participantes para que se convirtieran en expertos en el reconocimiento de greebles, una clase de objetos tridimensionales generados por computadora que tienen características similares a las caras humanas. Los participantes fueron entrenados para identificar rápidamente y discriminar entre diferentes greebles. El objetivo era evaluar si la práctica en el reconocimiento de greebles podría mejorar la memoria icónica y la atención visual a través de un entrenamiento específico en la percepción de objetos.

Los resultados del estudio mostraron que los participantes mejoraron su habilidad para reconocer y recordar greebles con el tiempo. También se observó que las áreas del cerebro responsables del procesamiento y reconocimiento de caras mostraron una mayor activación en los participantes entrenados en esta tarea.

Este estudio demuestra que es posible mejorar la memoria icónica mediante el entrenamiento en el reconocimiento y la discriminación de objetos novedosos. Aunque este estudio se centró en greebles, es probable que entrenamientos similares con otros objetos o estímulos visuales también puedan mejorar la memoria icónica y la atención visual.

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Bibliografía

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