La kombucha es una bebida fermentada que se prepara a base de té. Hoy día es consumida y apreciada por muchas personas, convirtiéndose en una bebida de moda, pero ¿qué tan beneficiosa es y cuáles son sus riesgos?
Esta bebida no alcohólica se consigue a través de SCOBY, un cultivo de bacterias, levaduras y el hongo de kombucha. El proceso de fermentación es el que hace posible que la bebida tenga muchas vitaminas, minerales y ácidos orgánicos esenciales, sin embargo, tiene ciertos riesgos.
El origen de kombucha
El consumo de la kombucha se inició en China, lugar en el cual las propiedades eran muy apreciadas por sus efectos curativos. Desde China, el consumo se extendió a otros lugares como Japón, Rusia y Europa. Se le conocía como el hongo de la inmortalidad. Su sabor dulce y ácido ha calado muy bien en la actualidad.
De acuerdo con Illana C. en su estudio sobre el hongo Kombucha, kombucha es originario de China, en donde se le conoce como el Divino Tsche, debido a sus propiedades mágicas. La autora resalta que es consumido desde el año 200 a.C., en Manchuria, durante la dinastía Tsin.
Illana reseña que en el 414 el Dr. Kombu lo llevó a Korea y Japón, para tratar los problemas gastrointestinales del emperador. Diferentes viajeros lo harían llegar a Rusia y Europa.
En cuanto al origen del nombre se manejan varias hipótesis. Una de ellas sostiene que el físico coreano que trató al emperador se llamaba Kombu y de allí derivaría el nombre, pero la versión más aceptada es que la palabra kombucha proviene de los términos japoneses: kombu, que significa ‘alga‘, y cha, que quiere decir ‘te‘.
El hongo del té condensa una serie de bacterias y levaduras que son descritas por Illana, y son las siguientes: Bacterias: Acetobacter xylinum, Acetobacter aceti, Acetobacter pasteurianus, Gluconobacter. Levaduras: Brettanomyces, Brettanomyces bruxellensis, Brettanomyces intermedius, Candida, Candida famata, Mycoderma Mycotorula, Pichia, Pichia membranaefaciens, Saccharomyces, Saccharomyces cerevisiae subsp. cerevisiae, Saccharomyces cerevisiae subsp. aceti, Schizosaccaromyces, Torula, Torulaspora delbrueckii, Torulopsis, Zygosaccharomyces, Zygosaccharomyces bailii, Zygosaccharomyces rouzii.
La kombucha está compuesta por minerales como el hierro, manganeso, potasio, zinc, cobre, calcio y magnesio, levaduras y polisacáridos. También puede contener vitaminas del grupo B, como la B1, B2, B3, B6 y B12, enzimas, ácido fólico, vitamina C, D, E y K.
Beneficios de la kombucha
Entre los beneficios más conocidos se encuentran los siguientes:
- Antioxidante: gracias a que contiene abundantes polifenoles, los cuales tienen efectos vasodilatadores y antiinflamatorios. Se cree que, si se acompaña con una dieta saludable, es posible limpiar el organismo.
- Hidratante: muchas personas lo consumen por la cantidad de vitaminas, minerales y agua que contiene, lo cual ayuda a que el cuerpo se hidrate.
- Antibacteriano: la fermentación permite la formación del ácido acético, una sustancia que ayuda a eliminar microorganismos. Se recomienda hacer la kombucha con té negro o té verde para repotenciar esta propiedad.
- Digestivo: promueve la formación de bacterias buenas en la microbiota intestinal. También combate el estreñimiento.
- Disminuye el colesterol: puede reducir el colesterol malo (LDL) y aumentar el bueno (HDL).
- Estimula las enzimas hepáticas: ayudando a eliminar los compuestos tóxicos, lo cual convierte a la bebida en una buena opción para la salud de los riñones y el hígado.
- Refuerza el sistema inmune: debido a la presencia de las bacterias y levaduras que contiene.
- Es baja en calorías: esta bebida es una de las más saludables, ya que, por cada 100 mililitros, contiene 30 calorías.
- Produce efecto vasodilatador y antiinflamatorio.
- Es diurético y astringente.
La kombucha se asemeja a la preparación del yogur casero, pero no se usa leche, sino té en el proceso de fermentación. Esto la hace ideal para obtener diferentes beneficios. Además, esta bebida es vegana, tiene propiedades probióticas y no contiene gluten. Elaborado de forma industrial, es bien esterilizado, aunque así pierde la capacidad probiótica.
Al consumirla por primera vez, es posible experimentar sus beneficios digestivos, puesto que promueve el tránsito intestinal. Por eso, se debería comenzar tomando pequeñas cantidades.
Esta bebida no está recomendada para mujeres embarazadas ni niños. Si no se prepara de forma adecuada, puede contener concentraciones altas de bacterias, lo cual la hace peligrosa, debido a la posible presencia de Salmonella, Staphylococcus y Helicobacter Pylori.
Aunque no se considere alcohólica, esta bebida, al ser fermentada el azúcar, puede contener rastros etílicos. De igual modo, la presencia de cafeína hace que no se recomiende en personas que padecen de insomnio.
Asimismo, está contraindicada en persona inmunosuprimidas, mujeres en periodo de lactancia o pacientes con infecciones.
Pese a que los amantes de esta bebida pregonan múltiples beneficios, la verdad es que los estudios médicos al respecto son escasos. Se sugiere tener cuidado de los riesgos, que pueden incluir infecciones, malestar estomacal o reacciones alérgicas. Por ejemplo, si el té se prepara en ollas de cerámica, que tienen plomo, se puede producir una intoxicación por este compuesto.
Quien desee disfrutar de la bebida por su sabor, lo podría hacer, pero tomando en cuenta las medidas higiénicas para evitar el contacto con bacterias perjudiciales.
Bibliografía
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- Villarreal‐Soto, S. A., Beaufort, S., Bouajila, J., Souchard, J. P., & Taillandier, P. (2018). Understanding kombucha tea fermentation: a review. Journal of food science, 83(3), 580-588.