El complejo de Aquiles es un término utilizado en psicología para referirse a la inseguridad de una persona respecto a alguna de sus capacidades. El individuo considera esta cualidad como fundamental para su autoestima o su desarrollo personal y considera que está por debajo de otras personas en ese aspecto.

Algunas cualidades que se ven afectadas habitualmente por el complejo de Aquiles pueden ser el aspecto físico, la inteligencia, la habilidad para el deporte o la música, o cualquier otra que una persona considere importante para su desarrollo.

Por ejemplo, una persona puede tener un complejo de Aquiles en cuanto a su apariencia física, lo que puede hacerla insegura y dificultar sus relaciones con los demás. Otra persona, en cambio, puede tener un complejo de Aquiles en relación con su inteligencia, lo que puede hacerla dudar de sus propias capacidades y le puede impedir alcanzar su potencial, ya sea en los estudios o en su trabajo. En ambos casos, el complejo de Aquiles puede afectar negativamente la autoestima y el bienestar emocional de la persona.

El origen del término

El nombre del complejo hace referencia a la leyenda griega del héroe Aquiles. En la mitología griega, Aquiles era un guerrero invencible y uno de los principales héroes de la Guerra de Troya. Según la leyenda, cuando era bebé, su madre, diosa Tetis, lo sumergió en el río Estigia para hacerlo inmortal, pero sosteniéndolo por el talón, que no entró en contacto con el agua y quedó, por lo tanto, vulnerable. Durante la guerra de Troya, el invencible Aquiles fue derrotado por una flecha que impactó en su talón, su único punto débil.

La leyenda de Aquiles se ha convertido en un símbolo de la vulnerabilidad humana y de cómo cualquier persona puede tener un punto débil, incluso si es fuerte en otros aspectos.

Algunos casos comunes

Un ejemplo común de complejo de Aquiles podría ser el miedo que una persona pueda tener a hablar en público. Si esta persona cree que su capacidad para hablar en público es fundamental para su éxito en su trabajo o en su vida social, y siente que no es lo suficientemente buena en esa habilidad, podría experimentar inseguridad y una baja autoestima en relación con esa área de su vida.

Esto puede manifestarse en forma de ansiedad, evitación de situaciones en las que tenga que hablar en público, o una sensación general de inferioridad.

Cómo superar el complejo de Aquiles

Para superar este problema, hay que seguir 5 pasos bien definidos:

  1. Identificar el complejo de Aquiles: El primer paso es darse cuenta de cuál es la cualidad que nos hace sentir inseguros. Es posible hacerlo a través de la reflexión o buscando la ayuda de un terapeuta o un amigo confiable. Este primer paso puede parecer algo muy obvio, pero hay que tener en cuenta que no siempre el problema está en aquello que no se nos da bien. Por ejemplo, alguien puede considerar que su debilidad reside en su dificultad para hablar es público, pero podría ser que esto fuera debido a una mala memoria, o por algún complejo relacionado con el aspecto físico.
  2. Aceptar las limitaciones. Todos tenemos ciertas limitaciones o áreas en las que no somos tan buenos. Aceptar que no se es perfecto en todo, ayudará al paciente a liberarse de la presión que siente para serlo.
  3. Enfocarse en las fortalezas. En lugar de centrarse en lo que no puede hacer bien, la persona afectada debe enfocarse en sus habilidades y fortalezas. Esto le ayudará a sentirse más seguro y a desarrollar una imagen positiva de sí mismo.
  4. Practicar la habilidad en cuestión. Si el complejo de Aquiles está relacionado con una habilidad específica, como hablar en público, es posible mejorar esa habilidad a través de la práctica. Hay que buscar oportunidades para poner en práctica esa habilidad habitualmente para perder el miedo a realizarla.
  5. Buscar apoyo si es necesario. Superar el complejo de Aquiles puede ser difícil sin ayuda, por lo que es importante buscar el apoyo de personas de su entorno como familiares y amigos. Ellos pueden ayudar a ver las cualidades positivas de la persona y a recordarle que no eres perfecto, como todos, y que eso está bien. También, un terapeuta puede proporcionar ayuda y herramientas para superar los complejos.

El mundo de los complejos

Las Terapias recomendadas para superar el complejo de Aquiles

Existen diferentes terapias que pueden ayudar a tratar el síndrome de Aquiles. El terapeuta será el encargado de decidir cuál es la más adecuada en cada caso.

  • La Terapia cognitivo-conductual: Se enfoca en cómo los pensamientos y las acciones influyen en las emociones y comportamientos de la persona. La terapia ayuda a identificar los patrones de pensamiento negativos y a reemplazarlos por pensamientos más realistas y positivos.
  • Terapia de aceptación y compromiso: Es una forma de terapia conductual que se enfoca en ayudar a la persona a aceptar sus emociones y pensamientos, sin intentar cambiarlos o evitarlos. Este tipo de terapia ayuda a desarrollar una actitud más flexible y a vivir una vida más plena y satisfactoria, a pesar de las inseguridades o debilidades.
  • Terapia interpersonal: Se enfoca en las relaciones interpersonales y cómo estas afectan al estado emocional del individuo. La terapia contribuye a mejorar las habilidades sociales y a resolver conflictos en las relaciones, lo que ayuda a sentirse más seguro y a superar las inseguridades o debilidades.

En general, cualquier terapia que ayude a identificar y trabajar en las inseguridades o debilidades de la persona puede ser útil para tratar el síndrome de Aquiles. Es importante que la persona se ponga en contacto con un profesional de la salud mental para obtener una evaluación y recomendaciones adecuadas para su caso en particular.

Cómo evaluar si alguien padece el complejo de Aquiles

Con este test podrás evaluar si otra persona padece el síndrome de Aquiles. Antes de comenzar el test, has de determinar cuál es la cualidad que te acompleja, ya que las preguntas del test harán referencia a dicha cualidad. Si ya la tienes, ¡adelante!

Inicio del test

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