La sobrecorrección es una técnica específica de modificación de conducta que se basa en la realización de tareas relacionadas con la corrección de un comportamiento inadecuado. Este recurso se utiliza principalmente en niños y consiste en establecer unas consecuencias relacionados con una conducta específica, para abordarla y modificarla.
La sobrecorrección: concepto y tipos
La sobrecorrección es un método que aplica consecuencias correctivas a los comportamientos inadecuados con el objetivo de erradicarlos. Por ejemplo, cuando un niño o una niña que muestra una conducta inapropiada, en vez de castigarlo por su mal comportamiento, lo que hacemos es encomendarle realizar una tarea relacionada con la corrección del comportamiento, de forma exagerada o repetitiva, con el fin de aprender la conducta adecuada y prevenir la reincidencia del comportamiento no deseado.
Ejemplo: Imagina que tu hijo ha tirado su ropa sucia por toda la habitación en lugar de ponerla en el cesto de la ropa sucia. Como parte de la sobrecorrección, en lugar de simplemente pedirle que recoja la ropa y la coloque en el cesto, podrías pedirle que haga algo extra, como ordenar toda la ropa de su armario y clasificarla por tipo y color. De esta manera, el niño aprenderá de una forma más relajada y divertida que debe cuidar su ropa y mantener su habitación ordenada.
Existen dos tipos de sobrecorrección:
Sobrecorrección restitutiva (restorative overcorrection)
En este caso la persona debe corregir las consecuencias de su comportamiento inadecuado y, además, mejorar el entorno en el que ocurrió. Por ejemplo, si un niño derrama un vaso de agua en la mesa, deberá limpiar no solo el agua derramada, sino también limpiar toda la mesa y posiblemente el suelo circundante. La idea es que la tarea extra actúa como una consecuencia aversiva, lo que reduce la probabilidad de que el comportamiento inadecuado vuelva a ocurrir.
Sobrecorrección de práctica positiva (positive practice overcorrection)
En este otro caso, se trata de que la persona repita la conducta adecuada varias veces después de mostrar un comportamiento inadecuado. Por ejemplo, si un niño no saluda adecuadamente a alguien, podría tener que practicar saludar correctamente varias veces seguidas. La repetición de la conducta adecuada ayuda a consolidarla y facilita su generalización a otras situaciones similares.
La sobrecorrección se utiliza en diversos contextos, no solo en la educación con niños. Se puede llevar a cabo también en terapia y en entrenamiento deportivo, y suele ser bastante efectiva. Sin embargo, es importante aplicar esta técnica con sensibilidad y proporcionalidad, teniendo en cuenta las necesidades y características del individuo, para evitar posibles efectos negativos o consecuencias no deseadas.
La sobrecorrección: un enfoque operante de la psicología conductista
El conductismo es una rama de la psicología que, entre otras cosas, analiza el comportamiento en función de sus resultados. Así, se plantea que la frecuencia de una conducta cambiará según las consecuencias que le sigan. Si son positivas, la conducta se incrementará, mientras que si son negativas, disminuirá. De este modo, al modificar las consecuencias, podemos inducir cambios en el comportamiento.
La sobrecorrección es una forma de sanción que se utiliza ocasionalmente en la terapia de modificación de conducta para ayudar a las personas a cambiar sus malos comportamientos.
Originalmente, la sobrecorrección se empleaba como un tipo de castigo negativo, haciendo que el individuo asociara el comportamiento inadecuado con malestar y aversión. A pesar de que este enfoque demostró ser efectivo para disminuir conductas inapropiadas, cada vez se considera una técnica menos ética. El castigo es visto como un método de modificación de conducta demasiado severo, enfocándose en las acciones negativas y posiblemente reforzándolas. En su lugar, es preferible enfocarse y elogiar los comportamientos positivos.
Sin embargo, en ciertas situaciones, se ha comprobado que la sobrecorrección positiva puede ser beneficiosa. Esta técnica implica que el niño realice regularmente el comportamiento adecuado en lugar del inadecuado, generalmente durante un período de tiempo específico. Se ha comprobado que la práctica de sobrecorrección positiva a corto plazo, ayuda a que el comportamiento adecuado se vuelva más habitual.
La efectividad de la sobrecorrección en la modificación de conducta
La sobrecorrección ha demostrado ser una técnica efectiva en la modificación de conducta gracias a sus características y enfoques únicos. Por ejemplo, es eficaz porque no solo se enfoca en disminuir o erradicar comportamientos inadecuados, sino también en enseñar y reforzar conductas apropiadas. Esto permite a los individuos aprender a diferenciar entre acciones aceptables e inaceptables y cómo ejercer autocontrol en situaciones similares.
Además, esta técnica utiliza consecuencias directamente relacionadas con el comportamiento problemático, facilitando la comprensión de la relación causa-efecto y la percepción de la relevancia de la corrección. De este modo, los individuos pueden reflexionar sobre su comportamiento y asumir la responsabilidad de cambiarlo.
La efectividad de la sobrecorrección también depende de su aplicación consistente y estructurada, lo que proporciona un marco claro para los individuos y les ayuda a comprender qué se espera de ellos y cómo se abordarán los comportamientos inadecuados. La consistencia en la aplicación de la técnica es crucial para garantizar que los individuos reconozcan la relación entre sus acciones y las consecuencias.
Otro factor importante es la personalización del enfoque según las necesidades y características específicas del individuo. Es esencial ajustar la técnica considerando factores como la edad, el desarrollo, el nivel de comprensión y las capacidades de cada persona.
Por último, aunque la sobrecorrección se centra principalmente en corregir comportamientos inadecuados, es fundamental combinarla con el refuerzo positivo para equilibrar las consecuencias y promover un ambiente de aprendizaje constructivo. Al elogiar y recompensar comportamientos adecuados, se fomenta la adopción de conductas positivas y se respalda el proceso de cambio.
¿Cómo funciona la técnica de refuerzo para incrementar la conducta?
Referencias bibliográficas
- Otero, J. M., & Colomer, M. (2016). Análisis aplicado de la conducta: Intervenciones psicoeducativas. Barcelona: UOC.
- Domjan, M. (2010). Principios de aprendizaje y conducta. México: Cengage Learning.
- Fernández-Ballesteros, R. (2007). Psicología de la intervención cognitivo-conductual. Madrid: Pirámide.