Alice Eagly es una psicóloga social estadounidense, graduada de la Universidad de Michigan. Esta destacable investigadora se ha dedicado a realizar estudios acerca de los roles sociales en hombres y mujeres. En sus trabajos, da cuenta de la relevancia de los prejuicios y estereotipos de género que dominan la conducta de las personas. De esta manera, se considera a sí misma como una investigadora feminista. Gracias a su arduo trabajo en estudios sociales, ha ganado numerosos reconocimientos por parte de instituciones como la Asociación Americana de Psicología.

La trayectoria de Alice Eagly

Alice Eagly nació el 25 de diciembre de 1938 en Los Ángeles, California, en Estados Unidos; siendo hija de Harod y Josara Hendrickson. En 1960,  cursó estudios de relaciones sociales en la universidad de Harvard. Y, en 1962 contrajo nupcias con Robert Eagly. Posteriormente, se graduó con honores en la Universidad de Michigan, obteniendo el título de Psicóloga Social. También, cuenta con doctorados de la Universidad de Bern, Suiza y  la Universidad de Erasmus, Holanda. Así, se dedicó a la psicología experimental, convirtiéndose de investigadora de áreas como la psicología social, psicología de la personalidad y psicología industrial. De este modo, es autora de siete libros y más de 100 artículos científicos.

Eagly ha recibido numerosos premios por sus contribuciones científicas. Entre ellos, ha sido reconocida por la Asociación de Psicología Americana (APA) y ha obtenido medalla de oro en psicología social por la Fundación Americana de Psicología. Incluso, en 2011 ganó el premio de la Academia Americana de Berlín y en 2022 fue elegida como miembro de la Academia Nacional de Ciencias. Por si fuera poco, ha sido profesora en universidades prestigiosas, como la universidad de Massachusetts o la Universidad Purdue.

La teoría del rol social de Alice Eagly

Cuando Alice estudiaba en Michigan, el movimiento feminista estaba tomando mucha fuerza, llevándola a percatarse del rol político que ocupaban las mujeres en la sociedad. Esto hizo que se interesara por los roles sociales que cumple cada género y desarrollara estudios al respecto. Actualmente, considera a sí misma una investigadora de psicología social de corte feminista.

Esta investigadora se encargó de examinar las creencias de diferentes grupos sociales acerca de las diferencias de género, logrando extraer los estereotipos existentes. Entonces, determinó que la identificación con un género, ya sea masculino o femenino, supone que el individuo muestre un conjunto de comportamientos y actitudes determinadas; llamados roles. Estos, tienen a ser dictados por normas sociales impuestas, más que por características psicológicas intrínsecas en la personalidad del individuo. Posteriormente, Alice Eagly trabajó con Wendy Wood para incorporar un matiz biológico a su teoría, agregando los factores genéticos y hormonales que contribuyen a que hombres y mujeres se comporten de maneras específicas.

Por otra parte, Eagly concluyó que los estereotipos de género tienen un alto potencial de generar prejuicios. Lamentablemente, los prejuicios son los principales causantes de discriminación y violencia. De esta forma, un individuo que se sale del patrón de los estereotipos esperados para un grupo en particular, tendrá una alta probabilidad de sufrir exclusión social.

¿Cómo afectan los roles sociales en nuestra vida cotidiana?

La principal razón por la que Eagly ha tenido un gran reconocimiento a nivel científico, tiene que ver con que la teoría de los roles sociales permite explicar una gran parte del comportamiento humano. Por ejemplo, uno de los tópicos más estudiados por Eagly hace referencia a los estereotipos basados en la belleza. En este sentido, los individuos considerados físicamente atractivos tendrían mucho más reconocimiento y aceptación social, pues cuentan con características que serían asociadas por la mayoría de las personas como  favorables.

De acuerdo con la teoría del rol social, existen patrones de comportamiento estereotípicamente asociados a hombres y otros específicos para mujeres. Para los hombres,  el comportamiento masculino se asocia con la dominancia, la competitividad y la asertividad. Mientras que, en el caso de las mujeres, se espera que actúen de forma amistosa, empática y poco egoísta. Ahora, esto no quiere decir que absolutamente todas las personas sigan el molde impuesto. La autora propuso que existen personas con mayores creencias asociadas a los valores de género tradicionales y otras que menos. Precisamente, se dio cuenta que quienes contaban con una ideología de género tradicional, solían escoger parejas que también se comportaran de acuerdo al rol esperado.  Por ejemplo, si una mujer tiende a ser amistosa y empática, probablemente busque a una pareja dominante y competitiva.

Dentro de esta visión, la autora notó que las mujeres dan mucha importancia a que su pareja tenga una buena posición económica. Esto concuerda con la teoría del rol social, ya que se impone que los hombres cumplan con el rol de proveedores; mientras que las mujeres deberían contar con mayores habilidades para mantener el ambiente hogareño. Por otro lado, las mujeres que se salen del molde y deciden darle mayor valor a su propia autonomía, siendo ellas quienes salen al mundo a trabajar, tienen menores asunciones y prejuicios de género. No obstante, estas mujeres suelen sentir que sus relaciones familiares y bienestar emocional se ve afectado de manera negativa como consecuencia de su vida laboral.

Referencias

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