La ansiedad financiera aparece cuando las personas sienten temor o preocupación ante su situación monetaria.
Muchas personas temen perder sus ahorros o se encuentran situaciones difíciles con respecto a su dinero, así que comienzan a experimentar los síntomas propios de la ansiedad. Quien padece de ansiedad financiera puede llegar a sentir dificultad para respirar, taquicardia o dolor en el pecho, entre otros síntomas.
Algunas veces, esto se debe a que no se tienen buenos conocimientos de finanzas y no se sabe manejar una situación, aunque en otros casos se trata de la falta de dinero o el temor hacia un futuro poco claro, en términos monetarios. Sea como fuere, la ansiedad financiera puede impactar de forma negativa la vida de una persona, impidiéndole incluso dormir o llevándole a sufrir problemas cardiovasculares.
Causas y síntomas de la ansiedad financiera
La ansiedad financiera es el malestar o la preocupación que se siente debido a las finanzas. No solo la carencia de fondos puede ocasionarla, aunque sí es un factor influyente.
Muchas personas suelen preocuparse por tener algo de dinero al final del mes o poder pagar todas sus deudas, y esto es normal, pero cuando la intranquilidad se intensifica pueden venir consigo síntomas desagradables como el insomnio, la presión alta, depresión y la ansiedad. De modo que, la ansiedad es una respuesta ante una amenaza.
¿Qué síntomas puede experimentar una persona con ansiedad financiera? Entre los más comunes resaltan los siguientes:
- ritmo cardíaco acelerado;
- intranquilidad;
- angustia;
- temor;
- sudoración;
- respiración más rápida;
- nerviosismo;
- apatía;
- diarrea;
- constipación;
- cansancio;
- llanto;
- dificultad para concentrarse;
- depresión;
- tensión.
De acuerdo con Juan Oliva, en su estudio sobre el impacto de la Gran Recesión en la salud mental, en los años de crisis económica hubo un empeoramiento en la salud mental, sobre todo en los varones, debido al desempleo, la inestabilidad y los bajos salarios. El deterioro ocurre con mayor intensidad en grupos vulnerables, tales como las familias con cargas económicas y la población de inmigrantes.
El autor también destaca que aumentó el consumo de fármacos, pues, la crisis económica afectó a la sociedad, ocasionando sufrimiento y empobrecimiento y, aunque la crisis terminó en el año 2014 –según sus estimaciones-, señala que las consecuencias persisten. Por otro lado, luego que ha ocurrido una crisis económica, la recuperación tiende a ser desigual, por lo que cada grupo se puede ver afectado de forma diferente.
Oliva destaca que las crisis económicas suelen afectar a la salud mental principalmente por las consecuencias derivadas del desempleo, así como la presión económica sobre la familia. Aunado a ello, las situaciones laborales poco favorables y los problemas monetarios aumentan el riesgo de sufrir otros estresores, como los conflictos en la pareja, según resalta Oliva.
La precariedad laboral, el riesgo de desempleo, la reducción de los ingresos, las migraciones, desalojos por no pagar hipotecas, entre otros, aumentan el estrés.
Las principales fuentes de estrés suelen encontrarse en la poca esperanza en el futuro, el perder o el miedo a perder el trabajo y no encontrar otro, o anticiparse a los miedos futuros al pensar que no se podrá hacer frente a los gastos del hogar.
Además del estrés, otro mecanismo que emerge es la frustración-agresión, al no recibir la recompensa que se merece y el trato injusto, que pueden llevar a agresiones, comportamientos antisociales, consumo de alcohol u otras drogas y violencia intrafamiliar.
La investigación de Oliva concluye que la crisis económica está relacionada con un aumento en la prevalencia de trastornos mentales.
Otro aspecto a considerar es que, aunque no se ha reportado un impacto significativo en la salud mental de la población infantil, se ha constatado que los niños tienen mayor riesgo de padecer un trastorno mental si la madre los padece, es decir, que las crisis económicas podrían afectar la salud de los niños a través del impacto en la salud de los progenitores.
Ante esta realidad, muchas personas optan por evadir la situación lo más que puedan, pero quizá lo más adecuado sería abordarla y así trabajar para disminuir la llamada ansiedad financiera.
Recomendaciones para superar la ansiedad financiera
Entre las pautas sugeridas para mejorar la ansiedad financiera se encuentran las siguientes:
- Obtener educación en la materia: muchas veces, la ansiedad es ocasionada por desconocimiento sobre el tema. Por ello, se suele recomendar tomar cursos o leer al respecto para tener una mejor idea sobre cómo actuar.
- Evitar las decisiones impulsivas: se considera que el estado de ánimo puede influir en las decisiones que se tomen, por lo que se recomienda no dar pasos si no se tiene autodominio al momento. Esto incluye el hacer compras innecesarias o adquirir nuevas deudas.
- Cuidar de uno mismo: descasar, comer bien, ejercitarse, practicar técnicas de relajación, entre otras estrategias que ayuden a disminuir la angustia.
- Observar el comportamiento: y tratar de no consumir alcohol u otras sustancias. Analizar también si se padece de adicción a los juegos. El objetivo de analizar la conducta es identificar aquello que pudiese estar siendo perjudicial y afectando los ingresos.
- Buscar asesoría financiera: la orientación de un especialista en el área financiera puede ser útil para crear un plan con el cual se puedan pagar deudas, facturas, establecer prioridades o tomar otras decisiones.
- Utilizar aplicaciones: hoy día existen muchas aplicaciones con servicios de asesoría.
- Solicitar otro tipo de ayuda si es necesario: si la situación monetaria está muy mal en el hogar, algunas instituciones ofrecen ayudas económicas.
Son muchas las personas que han tomado decisiones fatales porque se sienten abrumadas con los problemas económicos, por lo que resulta importante buscar apoyo con un psicólogo, dado que este profesional puede ayudar a aprender técnicas de relajación para aliviar el estrés y evitar perder el control.
También, con ayuda del psicólogo se pueden analizar las creencias que se tienen sobre el dinero y comprobar si se incurre en comportamientos inadecuados o si se padece de una adicción a las compras, por ejemplo, con el fin de examinar qué subyace, si se trata de baja autoestima, obsesión por la apariencia, si se están cubriendo carencias afectivas, entre otros.
De cualquier modo, es un hecho que el mundo está cambiando y que las desigualdades se acentúan en algunos países, por lo que siempre es conveniente contar con estrategias psicológicas que ayuden a hacer un buen afrontamiento de las adversidades.
Bibliografía:
- BLACK, D. W. (2007). Revisión del trastorno de compras compulsivas. REVISTA OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN MUNDIAL DE PSIQUIATRÍA (WPA), 5(1), 14.
- Oliva, J., López-Varcárcel, B. G., Pérez, P. B., Peña-Longobardo, L. M., Garrido, R. M. U., & González, N. Z. (2020). El impacto de la Gran Recesión en la salud mental en España. Informe SESPAS 2020 [Impact of Great Recession on mental health in Spain. SESPAS Report 2020]. Gaceta sanitaria, 34 Suppl 1, 48–53. https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2020.05.009
- Tomasina, F. (2012). Los problemas en el mundo del trabajo y su impacto en salud. Crisis financiera actual. Revista de Salud Pública, 14, 56-67.