El complejo de Judas se refiere a un patrón psicológico por el que el individuo que lo sufre, tiene un deseo inconsciente de traicionar a una persona determinada.

El origen del término psicológico

Los psicólogos son propensos a identificar los distintos complejos con nombres de personajes históricos, figuras mitológicas o protagonistas de obras literarias o bíblicas.

El precursor de la utilización del término «complejo» para definir patrones de comportamiento inconscientes, fue el psicólogo suizo Carl Gustav Jung, sin embargo, no está tan claro quién utilizó por primera vez el término «complejo de Judas» para referirse a este patrón de conducta.

En este caso, debido al patrón de traición que presentan las personas afectadas por este complejo, se vinculó su nombre con el del personaje bíblico Judas Iscariote.

Según cuenta la Biblia, Judas Iscariote fue uno de los doce apóstoles de Jesús, quien lo traicionó entregándolo a las autoridades romanas a cambio de treinta monedas de plata. La traición de Judas llevó a la detención, el juicio y finalmente la crucifixión de Jesús.

El comportamiento de las personas afectadas

Por definición, los complejos son un conjunto de ideas o impulsos que tienen un tono emocional común y ejercen una influencia fuerte pero generalmente inconsciente sobre las actitudes y el comportamiento del individuo.

Esto significa que los complejos comprenden patrones básicos de deseos, emociones, recuerdos y percepciones que, sin saberlo, influyen en la forma en que una persona piensa y se comporta.

En el caso del complejo de Judas, el individuo experimenta un deseo a menudo irracional de traición y destrucción hacia otra persona, normalmente motivado por los celos, la envidia, la competencia o debido a sucesos pasados, y experimenta una fijación con la víctima de manera que todos sus actos se encaminan a castigarla y a conseguir hacerla fracasar.

En la mayoría de los casos, se trata de una motivación inconsciente, que le lleva a realizar actos conscientes en contra de la otra persona boicoteando en la medida de lo posible las acciones de la víctima.

El sujeto no soporta la superioridad moral o intelectual de otra persona de mayor valía, y con sus continuas deslealtades y traiciones procura satisfacer su propia autoestima.

Si se trata de un compañero de trabajo, puede difundir falsos rumores que le resulten dañinos, o boicotear su trabajo de forma premeditada, dificultarle su progresión en la empresa, etc.

En el ámbito escolar, este comportamiento se puede transformar en episodios de acoso escolar ya que el afectado puede tratar de poner a los compañeros en su contra con todo tipo de trucos, boicotear sus relaciones, afectar a su rendimiento académico, o inculparlo frente al profesorado.

Detección y tratamiento del complejo de Judas

Dado que se trata de un patrón de conducta inconsciente, la persona que padece el complejo de Judas no suele detectarlo, por lo que es su entorno más cercado el que tras observar su comportamiento se puede percatar de ello.

Las personas que experimentan este patrón de comportamiento de traición y autodestrucción pueden tener dificultades para establecer relaciones cercanas y duraderas con los demás, se sienten atraídas por aquellas situaciones o personas que les permitan expresar estos sentimientos de envidia, rivalidad y resentimiento, y pueden tener dificultades para aceptar la ayuda de los demás.

En ocasiones, el origen de la patología está en un complejo de inferioridad del afectado que con sus acciones intenta satisfacer su propia autoestima

En algunos casos, el comportamiento de traición puede ser impulsado por sentimientos de celos, envidia o competencia con la persona por la que se siente traicionada. En otros casos, la traición puede ser una forma de autodestrucción, en la que la persona afectada por este complejo busca inconscientemente sabotea sus propias relaciones o proyectos.

El complejo de Judas es un término psicológico que no está reconocido oficialmente como una patología por la comunidad científica, y algunos psicólogos y terapeutas pueden no utilizar este término en su trabajo, por lo que emplean términos como traición, resentimiento o envidia para describir los patrones de comportamiento de la persona.

El paso decisivo es conseguir que la persona sea consciente de que su comportamiento no es el adecuado y solo en el caso de que no sea capaz de reprimir sus acciones dañinas, se recomienda acudir a un especialista de la salud mental para que le ayude a detectar la causa de su fijación y le proporcione pautas adecuadas para revertir su comportamiento.

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Referencias bibliográficas

  • Jung, C. G. (2016). El Libro Rojo. Barcelona: Paidós.
  • Kaufman, S. B. (2019). The complex nature of creativity: The role of the unconscious. Journal of Analytical Psychology, 64(5), 645-662.
  • Neumann, E. (2017). Los Complejos y el Inconsciente. Madrid: Losada.
  • Orth, U., & Robins, R. W. (2021). The role of inferiority feelings in the associations between low self-esteem and psychological distress. Journal of Personality and Social Psychology, 120(1), 23-48.
  • Horney, K. (2018). El Complejo de Electra. Madrid: Alianza Editorial.

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