Dentro de la teoría de los apegos, nos encontramos con uno de las más destructivos para los niños; se trata del apego desorganizado, que es aquel que se produce cuando existe una relación tóxica e inestable con la figura de cuidado.

La teoría de los apegos de John Bowlby

La teoría del apego describe la dinámica de las relaciones de los bebés con sus figuras de cuidado, que resultan vitales para el correcto desarrollo social y emocional de las personas.

La teoría surge de un estudio que se realizó al finalizar la Segunda Guerra Mundial en el que la ONU encargó al psicoanalista John Bowlby que investigara sobre las dificultades sociales que presentaban los niños que habían quedado huérfanos o sin hogar.

El apego se refiere a la forma en la que nos relacionamos con los demás, y a cómo esa relación influye en nuestro bienestar emocional y en nuestra capacidad para establecer relaciones saludables a lo largo de nuestra vida.

En psicología, se han identificado dos tipos principales de apego, el apego seguro y el apego inseguro, y este último se divide a su vez en 4 vínculos distintos: Ansioso ambivalente, evitativo, desorganizado y aislado. Todos ellos se conocen también como tipos de apego. En este artículo hablaremos del vínculo desorganizado del apego inseguro o apego desorganizado.

En qué consiste el apego desorganizado

El apego desorganizado es un tipo de vínculo emocional inseguro que se produce cuando la figura de cuidado del bebé mantiene una relación hostil con el niño, basada en las amenazas y en la agresividad tanto física como emocional.

Los niños son maltratados por sus cuidadores y a la vez tienen una dependencia total con ellos, por lo que no ven posibilidad de escapatoria y acaban sometiéndose a él a pesar de saber que les hará sufrir.

También puede ocurrir que los niños que padecen el apego desorganizado no hayan sido maltratados directamente, y su vínculo inseguro se puede producir a consecuencia de una actitud inestable en cuanto a su educación por parte de alguna de sus figuras de cuidado, incluso si esta no es intencionalmente dañina.

A qué edad se origina el apego desorganizado

El apego desorganizado se origina durante la infancia temprana, generalmente durante los primeros años de vida, cuando el niño está desarrollando sus primeras relaciones de apego con sus figuras de cuidado.

Durante este periodo, la consistencia y la sensación de seguridad que el niño experimenta en sus relaciones con sus padres o cuidadores son determinantes para el tipo de vínculo emocional que desarrollará.

Es por ello que es fundamental que los padres sean conscientes de la importancia del apego en las vidas de sus hijos y cómo puede afectar al bienestar emocional y a la capacidad para establecer relaciones saludables.

Cómo saber si mi hijo tiene apego desorganizado

Hay ciertos signos y comportamientos que pueden ser indicativos de que un niño puede padecer un apego desorganizado, pero hay que tener en cuenta que estos síntomas no siempre son definitivos y que es necesario un diagnóstico profesional para determinar con certeza si un niño tiene un apego desorganizado.

Los niños con apego desorganizado tienen dificultades en el control de las emociones y presentan cambios bruscos de humor. También tienen dificultades para relacionarse con otras personas, incluso de su edad, lo que afectará a su capacidad para establecer relaciones saludables en el futuro.

En general, son niños que sufren de ansiedad, miedo al abandono y también suelen presentar comportamientos regresivos, como por ejemplo mojar la cama por las noches cuando ya habían superado esta fase.

Son niños que tienen dificultades para establecer relaciones de confianza, y en la respuesta a su figura de cuidado, pueden alternar entre la aproximación o el rechazo.

En ocasiones pueden presentar también comportamientos autodestructivos hacia ellos mismos, provocándose lesiones o mostrando agresividad hacia los demás.

Las secuelas del apego desorganizado en los adultos

Las personas que han sufrido este tipo de apego, a menudo experimentan una combinación de miedo y ansiedad en sus relaciones con los demás y tienen sentimientos y reacciones impredecibles. Esto les provoca serias dificultades para establecer y mantener relaciones ya sea de pareja u otras, ya que son reacios a compartir sus sentimientos más íntimos y desconfían de las otras personas.

Por otro lado, también es común que continúen con los comportamientos que presentaron en la infancia, como la falta de control de los impulsos o las autolesiones.

El apego desorganizado también está relacionado con una variedad de problemas psicológicos, incluyendo trastornos de ansiedad, depresión, problemas de autoestima y dificultades en las relaciones interpersonales.

El apego desorganizado no es algo que se pueda «solucionar» de forma rápida o fácil, la terapia y el apoyo pueden ayudar a las personas a comprender y manejar mejor sus emociones y relaciones, pero el proceso puede ser largo y desafiante.

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Referencias bibliográficas

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