Un castigo es una respuesta aversiva ante cierta conducta, que tiene como la capacidad de debilitar el comportamiento que la inició. Por lo general, las personas tienden a asociar el castigo con maltrato o daño al individuo. Sin embargo, un castigo solo se define por su capacidad para evitar que un comportamiento se produzca en el futuro.

Así, el castigo negativo se refiere a eliminar un estímulo placentero para el individuo con el fin de modificar la conducta. Aunque los castigos pueden funcionar, se sugiere aplicarlos como última instancia, pues pueden propiciar conductas agresivas y problemas a nivel emocional.

¿Qué es el castigo? diferencia entre castigo positivo y negativo

Un castigo es definido como la consecuencia inmediata de una conducta, la cual permite que la conducta que lo produjo se haga menos probable en el futuro. A diferencia de lo que comúnmente se cree, un castigo no necesariamente conlleva al maltrato hacia la persona; pues no se castiga al individuo, se castiga la conducta. Más bien, un castigo se define por su capacidad para debilitar una conducta indeseable. Por ejemplo, Mario cocina unos huevos y coge el mango de la sartén para colocarlos en el plato. Al hacerlo, se quema por el calor de la sartén, a partir de allí, Mario aprende que debe cogerlos con un paño y no vuelve a quemarse. En esta situación, hubo un castigo, pues el hecho de quemarse es aversivo para Mario, llevándolo a debilitar la conducta de coger la sartén sin un paño.

Por otro lado, los golpes de una madre hacia un niño cuando éste tiene un mal comportamiento pueden representar un estímulo aversivo. Sin embargo, si el niño sigue actuando de forma disruptiva, los golpes no serían realmente un castigo, pues no tendrían la capacidad de modificar la conducta. Para algunas personas, el castigo siempre tiene como intención “hacer sentir dolor” a quien haya cometido un delito. Pero, el castigo, como ya hemos mencionado, se define realmente por sus implicaciones en la conducta.

Cómo se aplican los castigos negativos

Dentro del ámbito de modificación de conducta, podemos hablar de castigos positivos y negativos. En el castigo positivo, se agrega un estímulo para reducir la frecuencia del comportamiento, por ejemplo dar una tarea extra, como limpiar una habitación o hacer algún trabajo en la casa. Por el contrario, al aplicar un castigo negativo se retira un estímulo agradable para debilitar el comportamiento indeseable. Por ejemplo, se priva al individuo de alguna actividad o privilegio que le genere placer, como chuches o palabras de motivación.

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Un castigo negativo puede ser el prohibirle a un adolescente usar su móvil por haber reprobado un examen. Como consecuencia, el joven empieza a tener un mejor rendimiento escolar para obtener el privilegio de usar el móvil. Este tipo de procedimiento se llama coste de respuesta.

Al aplicar el coste de respuesta, es importante ser razonables con el castigo; pues si le quitamos todos los juguetes al niño por portarse mal, esto no tendrá consecuencias en su conducta. El niño seguirá teniendo un comportamiento disruptivo, ya que no tiene nada más que perder.

El tiempo fuera es otro método para aplicar castigos negativos, tiene por objetivo eliminar el reforzador positivo por un periodo corto de tiempo. En algunos casos, se utilizan nombres como ‘la silla para pensar’ o ‘el rincón para calmarse’; indicándole al niño que se aleje por un tiempo establecido en el que no recibirá un privilegio como ver tv o jugar con sus juguetes.

Para aplicar castigos correctamente, es necesario tomar en cuenta los factores que influyen en su eficacia. Estas variables incluyen la inmediatez, pues la consecuencia siempre debe tener lugar inmediatamente que ocurra la conducta indeseable.  También, la consecución del castigo debe ser coherente; cada vez que se produce la conducta inadecuada debe realizarse el mismo castigo hasta lograr la modificación. Por último, al decidir cuál castigo escoger hay que tomar en cuenta las diferencias individuales, pues no en todas las personas son influyentes los mismos estímulos.

¿Es ético aplicar castigos?

Tal como se ha expuesto, un castigo no necesariamente implica un daño o un maltrato al individuo. Por lo general, el llevar a cabo una conducta inadecuada tiene consecuencias negativas a corto o a largo plazo. Sin embargo, los castigos deberían usarse como último recurso, cuando otras estrategias han fallado; por lo que sería recomendable basarse en el reforzamiento para modificar las conductas. Además, cualquier procedimiento para el cambio conductual debe tener un sentido. Por tanto, es necesario explicar las consecuencias reales de no hacer la tarea, como que un bajo rendimiento escolar es el resultado de no aprovechar los conocimientos que se imparten en clase.

Es importante tener en cuenta que los castigos físicos o emocionales, como el uso de la violencia física o el insulto, no se deben llevar a cabo ya pueden ser perjudiciales para el desarrollo del niño. Además, es fundamental que cualquier medida disciplinaria sea adecuada a la edad y la madurez del niño, y que se aplique de manera justa y coherente.

Por otra parte, se ha demostrado que un uso indiscriminado de castigos puede producir respuestas agresivas o traumas emocionales. Y, quien recibe castigos es más propenso a utilizarlos en un futuro. Por esta serie de cuestiones, se sugiere implementar otros métodos diferentes de la modificación de conducta para trabajar problemas emocionales. Así, es recomendable la meditación, que tiene como propósito aceptar nuestros pensamientos y emociones, por lo que podría ayudar a controlar problemas como la agresividad. También, implementar espacios de reflexión y autoconocimiento puede ser beneficioso para personas de todas las edades.

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Referencias

  • García-Bullé, S. (2019). Tres alternativas positivas para mejorar la conducta en clase. Tecnológico de Monterrey. Extraído de: https://observatorio.tec.mx/edu-news/alternativas-disciplina-aula/
  • Milenberger, R. (2013). Modificación de conducta. Principios y procedimientos. Ediciones Pirámide.
  • Miró, E. (2016). El castigo en niños II. ¿Cuándo y cómo?. El Blog de Elena Miró. Universidad de Granada. Extraído de: https://wpd.ugr.es/~emiro/el-castigo-en-ninos-ii-cuando-y-como/2/#:~:text=El%20coste%20de%20respuesta%20consiste,programa%20de%20TV%20favorito%E2%80%9D).

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