El sueño bifásico era una costumbre antes de la época industrial. Imaginemos que oscurece a las nueve de la noche y como no hay electricidad ni demasiada estimulación externa nos vamos a dormir. Sobre la una de la mañana nos despertamos y aprovechamos ese rato para diferentes tareas: ir al servicio, charlar un poco con la familia mientras comemos algo y, por último, rezamos. A las tres de la mañana volvemos a acostarnos hasta el amanecer. ¡Bienvenidos al sueño de la época preindustrial!
Investigaciones sobre el sueño de antaño
El historiador Roger Ekirch, en su libro At Day’s Close: Night in Times Past, recoge que antes de la época industrial la costumbre era dormir en dos fases, esto es, tener un primer y un segundo sueño. El primer sueño se daba al anochecer, entre las 9 y las 11, y sobre la una de la madrugada se despertaban durante unas dos horas, hasta que volvían a dormirse y empezaban en el segundo sueño. Entre ambos sueños, el tiempo se aprovechaba en diferentes menesteres. Podían comer, tomar medicinas, charlar, dar de comer al ganado, mantener relaciones sexuales e incluso rezar. Existían rezos específicos para este momento de la noche.
Una vez concluidas estas tareas, volvían al segundo sueño hasta que se despertaban. Se trataba de una costumbre extendida en muchos lugares del mundo. Como destaca Ekirch que se han encontrado documentos de este tipo de sueño en Francia, Italia, África, Medio Oriente, el sur y el sureste de Asia, América del Sur y Australia. Esta práctica es lo que se conoce como sueño bifásico. Sin embargo, con la irrupción de la revolución industrial y la electricidad el sueño esta práctica cambió y este tipo de sueño pasó a estar mal visto. ¿Por qué? Porque dormir se convirtió en sinónimo de no trabajar, esto es, de no ser productivo.
Poco a poco, se alargó el primer sueño y el segundo sueño se quedó como esos minutos extras que nos quedamos en la cama. Tener un horario laboral fijo en una fábrica modificó este hábito, por lo que paulatinamente se fue imponiendo el sueño monofásico, es decir, las 7-8 horas de sueño por la noche.
¿Dormíamos mejor?
Es posible pensar que antes de los horarios laborales podíamos dormir mejor, pero esto tampoco está claro. El sueño siempre ha sido un tema central en la preocupación humana y se han encontrado manuales médicos de cómo mejorar nuestra calidad del sueño. Del mismo modo que se han encontrado antiguos tratados sobre ciertas sustancias (manzanilla, lavanda, etc) que ayudaban al sueño, también se han hallado consejos sobre en qué posturas dormir y sobre ciertas prácticas como quemar algunos tipos de madera para favorecer el sueño.
Es curioso observar como el sueño ha inquietado al ser humano desde hace años y como sigue haciéndolo. Algunos investigadores afirman que la diferencia entre el sueño preindustrial y el moderno no está muy clara y que, por otro lado, los hábitos del sueño siempre han estado en constante cambio y que no solo dependen de la época, sino de ciertos aspectos sociales. Por ejemplo, no era lo mismo el sueño en los campesinos que en la corte. De este modo, los expertos apuntan a que todavía no existen datos que confirmen que el sueño de nuestros antepasados sea mejor que el actual.
Lo que sí queda en el aire es el hecho de que si el sueño bifásico anterior a la época preindustrial era natural. Es decir, ¿dormiríamos igual sin la irrupción de la electricidad y de los horarios laborales? ¿es posible que tener un primer y un segundo sueño sea más natural que dormir 7 u 8 horas seguidas? ¿es el sueño bifásico lo natural y el sueño monofásico una imposición moderna, cultural e industrial?
¿Qué dice la ciencia actual?
Un estudio del año 2013 encabezado por Paul Carrillo-Mora, asegura que todavía no se sabe con exactitud por qué dormimos y afirman que las causas no deben circunscribirse solo a una, sino a varias, entre las que destacan:
- El reestablecimiento o conservación de energía.
- La eliminación de radicales libres acumulados a lo largo del día.
- Regulación térmica.
- Regulación endocrina y metabólica.
- Regulación y restauración de la actividad eléctrica cortical.
- Homeostasis sináptica.
- Consolidación de la memoria.
- Activación inmunológica.
Sueño polifásico en la actualidad
El sueño polifásico (dormir varias veces al día) sigue siendo una gran incógnita. García-Borreguero (2016), en su artículo Principales retos de la investigación sobre los hábitos del sueño, destaca que los horarios de sueño varían a lo largo de la vida. Por ejemplo, los recién nacidos poseen un sueño polifásico y con el paso a la adultez se convierte en monofásico. Sin embargo, García-Borreguero resalta un dato importante ya que cuando los adultos no consiguen el sueño monofásico durante la noche suelen desesperarse y aquí el investigador se plantea la cuestión de si el sueño monofásico es una imposición moderna a una fisiología de naturaleza polifásica.
Esto es, ¿nuestra vida moderna va en contra de nuestro sistema de sueño natural? ¿somos por naturaleza polifásicos pero nuestros horarios de trabajo nos obligan a ser monofásicos? García-Borreguero pone sobre la mesa que quizá el ser humano tiene ciertos problemas de sueño porque se empeña en ir en contra de su naturaleza de sueño polifásico. De hecho, una reminiscencia – por así decirlo- de este sueño bifásico suele ser la siesta de muchas culturas. Se trata de una disminución del estado de alerta en el que después de comer al medio día se produce un «bajón» que nos produce sueño.
Conclusión
Una cuestión que, sin duda, nos viene a la mente, es el hecho de si realmente estamos configurados de forma natural para un sueño bifásico por la noche en lugar de monofásico. ¿Afrontaríamos mejor el día? Muchas investigaciones profundizan en cuántas horas debemos dormir pero, ¿y si la cuestión fuera más bien investigar que si en lugar de dormir 8 horas durmiéramos en dos sueños? De hecho, el sueño bifásico y polifásico está siendo cada vez más investigado, sobre todo, las siestas y algunos sistemas de sueños que consisten en dormir, por ejemplo, cuatro horas por la noche y después 20 minutos cada ciertas horas. ¿Y el lector? ¿Qué tipo de sueño tiene?
Bibliografía
- Carrillo-Mora, P., Ramírez-Peris, J. y Magaña-Vázquez, K. (2013). Neurobiología del sueño y su importancia: antología para el estudiante universitario. Revista de Facultad de Medicina, 56 (4).
- García-Borreguero, D. (2016). Principales retos en la investigación sobre los hábitos de sueño. Revista de Neurología, 63 (2), 23-27.
- Ekirch, R. (2006). At Day’s Close: Night in Times Past.