El Reforzamiento Diferencial es una técnica de modificación de conducta que se utiliza para fomentar comportamientos adecuados y reducir comportamientos indeseables. Esta estrategia es especialmente útil en contextos educativos, terapéuticos y clínicos, y se basa en la idea de que el refuerzo de una conducta incompatible con la conducta indeseada puede eliminar o reducir la frecuencia de la conducta problemática.

En qué consiste el Reforzamiento Diferencial

El reforzamiento diferencial es un tipo de aprendizaje cuyo origen se encuentra en el principio del condicionamiento operante, desarrollado por el psicólogo B.F. Skinner. Según este principio, las consecuencias agradables o recompensas aumentan la probabilidad de que una conducta se repita, mientras que las consecuencias desagradables o castigos reducen la probabilidad de que cierto comportamiento se vuelva a producir.

Se basa en la idea de que reforzar ciertas conductas, mientras se ignora o no se refuerzan otras, para conducir a cambios en la frecuencia y calidad de la conducta final. El objetivo es reforzar los comportamientos deseados para que sean más probables de ocurrir en el futuro, mientras se reducen o eliminan los comportamientos indeseados.

Hay varios tipos de reforzamiento diferencial, cada uno diseñado para abordar diferentes aspectos de la conducta. Algunos de los tipos más comunes son los siguientes:

1. Reforzamiento Diferencial de Conductas Alternativas (RDA)

El Reforzamiento Diferencial de Conductas Alternativas (RDA) es una técnica de modificación de conducta que se centra en reforzar comportamientos que son una alternativa adecuada y deseable a la conducta problemática. Básicamente busca reforzar ciertos comportamientos que, al ser recompensados, se vuelven más probables de repetir, lo que reduce la probabilidad de que se lleve a cabo otro tipo de comportamientos más problemáticos o indeseables.

Ejemplo de aplicación del RDA

Supongamos que un niño en la escuela primaria interrumpe frecuentemente a sus compañeros de clase y al maestro para hacer preguntas o comentarios, lo que resulta en una distracción para los demás y dificulta el proceso de enseñanza. En este caso, la conducta problemática es la interrupción constante.

Para implementar el RDA, se puede seleccionar la conducta alternativa de levantar la mano y esperar a ser llamado antes de hablar. Esta conducta es apropiada, deseable y aborda eficazmente la situación en la que se produce la conducta problemática.

El maestro puede establecer un programa de refuerzo que recompense al niño cada vez que levante la mano y espere a ser llamado antes de hablar. Esto podría incluir elogios verbales, puntos o fichas que pueden canjearse por recompensas tangibles o privilegios. Al reforzar consistentemente la conducta alternativa, se vuelve más probable que el niño levante la mano y espere a ser atendido.

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2. Reforzamiento Diferencial de Conductas Incompatibles (RDI)

Esta técnica de modificación de conducta refuerza comportamientos que son física o funcionalmente incompatibles con una conducta problemática. Al reforzar consistentemente las conductas incompatibles, se reduce la probabilidad de que ocurran las conductas problemáticas.

Ejemplo de aplicación del RDI

Imaginemos que un niño en la escuela primaria tiene el hábito de morderse las uñas cuando está nervioso o aburrido. En este caso, la conducta problemática es morderse las uñas.

Para implementar el RDI, podemos seleccionar una conducta incompatible que consista en sostener un objeto en la mano que el niño utiliza para morderse las uñas. Por ejemplo, se le podría dar al niño una pelota antiestrés para que la apriete cuando sienta la necesidad de morderse las uñas. Esta conducta es apropiada, deseable y físicamente incompatible con la conducta problemática, ya que el niño no puede morderse las uñas mientras sostiene el objeto.

El maestro o el terapeuta pueden establecer un programa de refuerzo que recompense al niño cada vez que utilice la pelota antiestrés en lugar de morderse las uñas. Esto podría incluir elogios verbales, puntos o fichas que pueden canjearse por recompensas tangibles o privilegios.

Al reforzar consistentemente la conducta incompatible (sostener la pelota antiestrés) en lugar de la conducta problemática (morderse las uñas), el niño aprenderá a recurrir a la conducta incompatible en situaciones en las que antes recurría a morderse las uñas. Esto reduce la probabilidad de que la conducta problemática ocurra en el futuro y fomenta el desarrollo de una alternativa más saludable y adecuada.

3. Reforzamiento Diferencial de Tasa Alta (RDA)

Con el RDA se trabaja en reforzar ciertas conductas que ocurren a una tasa alta, es decir, con mayor frecuencia, y que son deseables o apropiadas. La idea es que, al reforzar consistentemente las conductas habituales, éstas se vuelven más frecuentes y probables de ocurrir, lo que puede tiene un efecto positivo en el individuo y su entorno.

Ejemplo de aplicación RDA

Imagina que eres un entrenador de baloncesto y tienes un jugador que lanza demasiados tiros de tres puntos en lugar de buscar oportunidades de pases y jugadas en equipo. Aunque este jugador puede anotar ocasionalmente, la alta frecuencia de estos tiros de tres puntos disminuye la eficiencia general del equipo y limita las oportunidades para que otros jugadores participen y contribuyan.

Para implementar el RDB, puedes establecer un programa de refuerzo que recompense al jugador cuando disminuye la frecuencia de los tiros de tres puntos y busca oportunidades de pases y jugadas en equipo. Por ejemplo, podrías establecer un criterio de refuerzo que indique que el jugador será recompensado si realiza, como máximo, dos tiros de tres puntos en cada cuarto de juego y participa en al menos cinco jugadas en equipo donde pasa el balón.

Las recompensas pueden incluir elogios verbales, reconocimiento público, o incluso incentivos tangibles, como la oportunidad de ser capitán del equipo durante un partido o algún tipo de premio al final de la temporada.

Al reforzar consistentemente la conducta deseada (disminuir la frecuencia de tiros de tres puntos y aumentar la participación en jugadas en equipo), el jugador aprenderá que se valora su habilidad para adaptarse a las necesidades del equipo y contribuir de manera más efectiva en el juego. Esto aumentará la probabilidad de que el jugador ajuste su comportamiento, mejore su rendimiento y colabore mejor con sus compañeros de equipo.

4. Reforzamiento Diferencial de Tasa Baja (RDB)

Este tipo de reforzamiento, a diferencia del Reforzamiento Diferencial de Tasa Alta (RDA), que busca aumentar la frecuencia de comportamientos específicos, el RDB se centra en reforzar las conductas cuando ocurren a una tasa baja o moderada con el objetivo de encontrar un equilibrio en la frecuencia de ciertas conductas que, aunque no son necesariamente problemáticas, pueden ser perjudiciales si se presentan con demasiada frecuencia.

Ejemplo de aplicación de RDB

Supón que eres un gerente de una empresa y tienes un empleado que siempre hace preguntas durante las reuniones de equipo. Aunque valoras la participación activa y la comunicación, la frecuencia con la que este empleado hace preguntas es excesiva y consume mucho tiempo, lo que afecta la eficiencia y el progreso de las reuniones.

Para implementar el RDB, puedes establecer un programa de refuerzo que recompense al empleado cuando hace preguntas a una tasa baja o moderada. Por ejemplo, podrías establecer un criterio de refuerzo que indique que el empleado será recompensado si hace, como máximo, dos preguntas relevantes y concisas durante una reunión de equipo.

Las recompensas pueden incluir elogios verbales, reconocimiento público, o incluso incentivos tangibles, como una tarjeta de regalo o la oportunidad de liderar un proyecto especial.

Al reforzar consistentemente la conducta deseada (hacer preguntas a una tasa baja o moderada), el empleado aprenderá que su participación y comunicación siguen siendo valoradas, pero se espera que modere la frecuencia de sus preguntas para permitir que las reuniones de equipo sean más eficientes y productivas. Esto aumentará la probabilidad de que el empleado ajuste su comportamiento y contribuya de manera más efectiva a las reuniones del equipo.

Conclusiones

El reforzamiento diferencial se enfoca en reforzar una conducta deseable para reducir la incidencia de otro tipo de conducta más problemática, la cual se vuelve menos probable de aparecer. Para implementar correctamente este tipo de reforzamientos, sea cual sea la modalidad, debemos seguir los siguientes pasos:

  1. Identificar la conducta problemática: Antes de implementar el DR, es necesario identificar la conducta indeseada que se desea reducir o eliminar. Esta conducta debe ser específica y observable.
  2. Seleccionar una conducta incompatible: A continuación, se debe seleccionar una conducta incompatible que sea deseable y tenga un efecto positivo en el individuo o el entorno. Esta conducta debe ser fácil de realizar y debe excluir la posibilidad de que la conducta problemática ocurra al mismo tiempo.
  3. Establecer un programa de refuerzo: Es importante establecer un programa de refuerzo que recompense la conducta incompatible de manera consistente y sistemática. Esto puede incluir elogios verbales, recompensas tangibles, privilegios o actividades preferidas.
  4. Monitorear y ajustar: Finalmente, es crucial monitorear el progreso y ajustar el programa de refuerzo según sea necesario. Si la conducta problemática persiste o resurge, puede ser necesario modificar la estrategia de DR o considerar otras intervenciones.

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Referencias bibliográficas

  • Martín, G., & Pear, J. (2019). Modificación de conducta: Qué es y cómo aplicarla. Pearson Educación.
  • Méndez, F. X., & Maciá, D. (2005). Conductismo y educación. Pirámide.

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