La memoria a largo plazo es el sistema de almacenamiento de información en el cerebro que permite retener y recuperar información de manera duradera, desde varios minutos hasta décadas. A diferencia de la memoria a corto plazo, la capacidad de almacenamiento de la memoria a largo plazo es virtualmente ilimitada.

Clasificación de la memoria

A pesar de que existen otras clasificaciones de la memoria, si atendemos al tiempo de almacenamiento de la información en la memoria, podemos distinguir tres tipos de memoria:

  • Memoria sensorial: La memoria sensorial es un tipo de memoria a muy corto plazo que retiene información sensorial (visual, auditiva, táctil, olfativa y gustativa) durante un breve período, generalmente de unos pocos segundos o menos. La memoria sensorial actúa como un buffer temporal y permite que nuestro cerebro procese y seleccione la información relevante de los estímulos ambientales que percibimos a través de nuestros sentidos.
  • Memoria a corto plazo: La memoria a corto plazo por su parte, es un sistema de almacenamiento temporal y de capacidad limitada que retiene y procesa información por un breve período, generalmente de unos segundos a un minuto, antes de que se olvide o se transfiera a la memoria a largo plazo.
  • Memoria a largo plazo: Se trata de un sistema de almacenamiento duradero y de capacidad prácticamente ilimitada que permite retener y recuperar información desde periodos de varios minutos hasta décadas.

En este artículo, hablaremos de la memoria a largo plazo, que utilizamos para almacenar y recuperar información, habilidades y experiencias adquiridas a lo largo de nuestra vida.

En qué consiste la memoria a largo plazo

La memoria a largo plazo es fundamental para nuestras vidas, ya que nos permite recordar información y habilidades adquiridas a lo largo de nuestras experiencias, y nos proporciona un sentido de identidad y continuidad a lo largo del tiempo.

Se trata de un sistema de almacenamiento de información en el cerebro que permite retener y recuperar información de manera duradera, desde varios minutos hasta décadas, y a diferencia de la memoria a corto plazo, la capacidad de almacenamiento de la memoria a largo plazo es prácticamente ilimitada.

La memoria a largo plazo almacena una amplia variedad de información, que incluye hechos, conceptos, habilidades motoras y cognitivas, eventos personales y experiencias, y resulta clave en el proceso de aprendizaje.

Tipos de memoria largo plazo

La memoria a largo plazo se clasifica en varios subtipos según la naturaleza de la información almacenada y los procesos implicados en su almacenamiento y recuperación:

  • Memoria declarativa o explícita: Es la memoria consciente de hechos y eventos que se pueden describir verbalmente y a su vez se divide en dos tipos:
    • Memoria episódica: Almacena información sobre eventos personales y experiencias específicas en un contexto temporal y espacial, por ejemplo, recordar qué hiciste en tus últimas vacaciones.
    • Memoria semántica: Almacena información sobre conceptos, hechos y conocimientos generales no relacionados con experiencias personales específicas. Por ejemplo, saber qué es una manzana o quién fue Albert Einstein.
  • Memoria no declarativa o implícita: Es la memoria inconsciente que se expresa a través del desempeño y la habilidad, sin la necesidad de una conciencia explícita. La memoria no declarativa se divide en 3:
    • Memoria procedimental: Almacena información sobre habilidades motoras y cognitivas, como montar en bicicleta o tocar un instrumento musical.
    • Condicionamiento clásico y operante: Implica aprender asociaciones entre estímulos y respuestas, como el miedo condicionado o el refuerzo de un comportamiento como se da por ejemplo en el experimento de condicionamiento de Pavlov.
    • Priming: Es un fenómeno en el que la exposición previa a un estímulo influye en la respuesta a un estímulo posterior sin que la persona sea consciente de ello, por ejemplo, si lees la palabra «amarillo» y luego te piden nombrar una fruta, es más probable que respondas «plátano» debido a la asociación previa entre el color y la fruta.

El proceso de almacenamiento de información

El proceso de almacenamiento de información en la memoria a largo plazo se compone de tres fases, que son la codificación, el almacenamiento o consolidación, y la recuperación.

En la fase de codificación la información se transforma en un formato que pueda ser almacenado en la memoria a largo plazo. Esta información puede ser codificada de diversas maneras, a través de representaciones visuales, auditivas o semánticas.

La profundidad y la naturaleza de la codificación influyen en la facilidad con la que la información se almacenará y recuperará. Por ejemplo, la información procesada a nivel semántico (por su significado) tiende a almacenarse de manera más efectiva que la información procesada a nivel superficial (por ejemplo, su apariencia).

En la siguiente fase de almacenamiento, se produce la retención de la información codificada en la memoria a largo plazo. La información en la memoria a corto plazo puede transferirse a la memoria a largo plazo a través de la repetición y el ensayo, lo que fortalece las conexiones neuronales y permite la consolidación de la información en la memoria a largo plazo.

La consolidación puede verse facilitada por factores como la organización y la asociación de la información con conocimientos previos, así como por un sueño adecuado, que está demostrados que desempeña un papel fundamental en la consolidación de la memoria.

Por último, la fase de recuperación consiste en acceder a la memoria a largo plazo y traer de vuelta la información almacenada para su uso en tareas cognitivas y acciones. La eficacia de la recuperación depende de varios factores, como la profundidad de la codificación, la organización de la información y las pistas contextuales presentes durante la recuperación.

La práctica en el proceso de recuperación, con tareas tales como repasar la información y hacerse preguntas, puede mejorar el acceso y la retención de la información en la memoria a largo plazo.

Para qué se utiliza la memoria a largo plazo

La memoria a largo plazo es esencial para aprender, retener y aplicar habilidades motoras y cognitivas, como conducir, escribir, tocar un instrumento musical o resolver problemas matemáticos.

La información almacenada en nuestra memoria a largo plazo influye en nuestras acciones y decisiones en función de nuestras experiencias y aprendizajes anteriores. Por ejemplo, recordamos las consecuencias de nuestras acciones pasadas y utilizamos esa información para tomar decisiones informadas cuando afrontamos situaciones similares.

También resulta fundamental para el uso y comprensión del lenguaje, ya que nos permite recordar el significado de las palabras, las reglas gramaticales y las estructuras sintácticas necesarias para la comunicación efectiva.

Otro  proceso en el que está involucrada es en los procesos de planificación y organización, ya que nos ayuda a planear y organizar nuestras actividades y metas en función de nuestras experiencias y conocimientos previos, lo que nos permite anticipar y prepararnos frente a situaciones futuras.

Pruebas para evaluar la memoria a largo plazo

Existen varios test y pruebas que se utilizan para evaluar la memoria a largo plazo. Estas pruebas suelen ser utilizadas por psicólogos, neuropsicólogos y otros profesionales de la salud para evaluar la función cognitiva de los individuos. Algunas de las más conocidas son las siguientes:

  • Test de Aprendizaje Auditivo Verbal de Rey (RAVLT por sus siglas en inglés): Esta prueba evalúa la memoria verbal episódica a largo plazo. Consiste en presentar al individuo una lista de palabras para que las escuche y recuerde. Tras varios ensayos y una tarea de distracción, se le pide al individuo que recuerde la lista original de palabras.
  • Test de Aprendizaje Visual y Reproducción de Rey-Osterrieth (ROCF): Este test evalúa la memoria visual a largo plazo. Se presenta al individuo una figura compleja que debe copiar. Después de un intervalo de tiempo (generalmente 30 minutos), se le pide al individuo que reproduzca la figura de memoria.
  • Test aprendizaje verbal de California (CVLT): Esta prueba también evalúa la memoria verbal episódica a largo plazo. Se presenta al individuo una lista de palabras para que las memorice y recuerde en varios ensayos. Después de un intervalo de tiempo (generalmente 20 minutos), se le pide al individuo que recuerde la lista original de palabras.
  • Test de Pares Asociados de Wechsler (WMS): Este test forma parte de la Escala de Memoria de Wechsler y evalúa la memoria a largo plazo para pares de palabras. Se presentan al individuo varios pares de palabras no relacionadas, que deben ser memorizados. Después de un intervalo de tiempo, se le pide al individuo que recuerde la palabra asociada a cada palabra presentada previamente.

Los profesionales de la salud mental suelen utilizar estas pruebas, junto con otras evaluaciones cognitivas y neuropsicológicas, para obtener una comprensión más completa del funcionamiento cognitivo de un individuo.

Cómo potenciar la memoria a largo plazo

Como la mayoría de capacidades de nuestro cerebro, la mejor manera de potenciar la memoria a largo plazo es ponerla en funcionamiento. Si estamos estudiando para un examen por ejemplo, realizar autoevaluaciones en las que nos veamos obligados a recuperar información de la memoria a largo plazo, nos ayudará a mejorarla.

Practicar y repasar la información a lo largo del tiempo en intervalos cada vez más largos también es un método efectivo de mejorar la retención a largo plazo.

También está demostrado que el sueño es el mecanismo principal de consolidación de la información en la memoria a largo plazo, por lo que una buena higiene del sueño será fundamental para una correcta consolidación de la información.

Explicar y enseñar la información a otra persona ayuda a organizar y consolidar los conocimientos, lo que facilita la retención a largo plazo.

Algunos test, como el que te proponemos a continuación, son muy útiles para entrenar la memoria a largo plazo. Se trata de un test con interferencias en el que, entre las fases de almacenamiento y de recuperación, se intercala una fase de distracción en la que es necesario realizar otro tipo de tareas no relacionadas con el proceso de memorización, lo que dificulta el proceso, y resulta un entrenamiento excelente para desarrollar la memoria a largo plazo.

Test de memoria a largo plazo con interferencias

Bibliografía

  • Qué es la memoria a largo plazo – https://www.verywellmind.com/what-is-long-term-memory-2795347
  • Memoria a largo plazo – https://en.wikipedia.org/wiki/Long-term_memory
  • Las bases neuroanatómicas, neurofisiológicas y psicológicas de la memoria: modelos actuales y sus orígenes – https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fphar.2017.00438/full

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