En este artículo veremos la terapia integradora de Newman, importantísima para pacientes con Trastorno de Ansiedad Generalizada, además de ser una terapia que rompe con los esquemas habituales del paradigma cognitivo-conductual, por lo que puede suponer una novedosa alternativa para el tratamiento de dichas personas.
Trastorno de Ansiedad Generalizada
El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) se caracteriza por una preocupación y ansiedad excesiva, que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (APA, 2014). Además, al individuo le es difícil controlar la ansiedad, teniendo mínimo tres de algunos de estos síntomas, durante un largo periodo de tiempo:
- Inquietud o sensación de estar atrapado.
- Facilidad para fatigarse.
- Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
- Irritabilidad.
- Tensión muscular.
- Problemas de sueño.
Los pacientes con TAG informan de una mayor frecuencia de eventos traumáticos interpersonales en el pasado, además de un apego inseguro a su principal ser querido en la infancia (Roda, 2019). Por tanto, nuevas perspectivas para abordar este problema son importantes y necesarias. Cuestiones como esta no parecen ser bien abordadas por parte de las terapias cognitivo-conductuales, ya que dichas emociones podrían constituir traumas profundos. Una de las terapias que se ha desarrollado que muestra ser efectiva en este campo es la terapia integradora de Newman.
Terapia Integradora de Newman
La terapia integradora se ha convertido en un movimiento dominante (Newman et al., 2004). Al ver que los resultados de las otras terapias más famosas no han sido satisfactorios ni han sido suficientemente efectivos para la mayoría de los pacientes, muchos psicoterapeutas han integrado constructos y métodos pertenecientes a diversos enfoques. La clave de esta terapia, dice Newman, es la ayuda que brinda a las personas con TAG, incidiendo para ello en los problemas interpersonales y en la evitación emocional.
Newman et al. (2004) sugirieron que para evitar emociones dolorosas, las personas con Trastorno de Ansiedad Generalizada no solo se preocupan, sino que se comportan de un modo que aumenta la probabilidad de experimentar consecuencias interpersonales negativas. También pueden tener problemas a la hora de comunicar sus necesidades y deseos, mostrando ira y decepción cuando sus necesidades emocionales no son satisfechas.
Por ello, Newman y sus colaboradores desarrollaron una terapia integradora para el tratamiento del TAG, que se aplica de forma secuencias, en cada sesión de unas 2 horas, la terapia cognitivo-conductual tradicional junto con técnicas interpersonales (Almendro et al., 2019). Las técnicas interpersonales, están dirigidas a cambiar las pautas comportamentales problemáticas para relacionarse y técnicas orientadas a la superación de la evitación emocional. Las metas son, por una parte, identificar las necesidades interpersonales del paciente y, por otra, provocar conductas interpersonales para satisfacer las propias necesidades del paciente.
Los tres dominios de la Terapia Integradora de Newman
Para conseguir estas metas, se abordan tres dominios (Bados, 2015):
- Problemas actuales en las relaciones interpersonales, donde se incluye también el impacto negativo que tiene el paciente en nosotros: tras explorar las relaciones interpersonales, se escoge una persona importante para el paciente, para conseguir explorar en mayor profundidad. Algunas de las preguntas que se les hacen, hasta que la situación esté clarificada, son (Bados, 2015):
- ¿Qué sucedió entre usted y la otra persona?
- ¿Qué emociones sintió?
- ¿Qué necesitaba o esperaba obtener de la otra persona?
- ¿Qué temía de la otra persona?
- ¿Qué hizo usted?
- ¿Qué sucedió a continuación entre usted y la otra persona?
- Etiología de los problemas interpersonales actuales: aquí hay que centrarse en las relaciones de apego en la infancia y experiencias traumáticas, lo que ayuda a comprender por qué las formas de relacionarse con los demás pueden haber sido adecuadas en el pasado, aunque ahora resulten perjudiciales.
- Problemáticas interpersonales que surgen en la relación con el terapeuta, incluyendo las rupturas en la relación terapeuta-paciente: el paciente tiende a repetir con el terapeuta sus modos desadaptativos de relacionarse, por lo que la labor de este es darse cuenta de cuándo ha quedado enganchado en estos modos desadaptativos que permiten la evitación interpersonal y emocional del paciente.
Una vez que el psicoterapeuta se hace consciente del impacto negativo del comportamiento del paciente, lo aborda de forma abierta, flexible y no a la defensiva (Bados, 2015). Después, se pide al cliente que exprese cómo se siente respecto a lo que se le ha dicho. Cuando exprese sus emociones, el terapeuta debe empatizar y validar las experiencias afectivas, compartiendo su reacción a lo descrito por el paciente.
Otro aspecto de la relación terapéutica son las rupturas de la alianza terapéutica, como la expresión de insatisfacción por parte del paciente, la excesiva obediencia, las expresiones indirectas y de hostilidad, la conducta evasiva y el desacuerdo con las metas (Bados, 2015).
- Procesamiento emocional en el aquí y ahora de los afectos asociados con los dominios anteriores: la toma de conciencia y profundización de las emociones experimentadas facilitan la exposición a los afectos previamente evitados y permiten así la extinción de la preocupación negativamente reforzada por la evitación emocional. Cuando el terapeuta nota un marcador no verbal o verbal de emoción, alienta al paciente a seguir con ella y experimentarla totalmente.
Además de los marcadores de emociones subyacentes, el terapeuta está atento a los marcadores de conflictos internos (se usa la técnica de las dos sillas), asuntos no resueltos con otra persona (se emplea la técnica de la silla vacía) y reacciones problemáticas (sorpresa, confusión y ambivalencia ante las propias reacciones; se usa el despliegue evocador sistemático: imaginarse vívidamente en la situación y expresar en detalle lo sucedido y los propios sentimientos).
Efectividad de la terapia integradora
Los datos de un estudio no controlado sugieren la eficacia de la terapia integradora de Newman a corto y medio plazo (Newman et al., 2008, como se cita en Bados, 2015). Sin embargo, en otro estudio la adición de técnicas de procesamiento emocional e interpersonal a la terapia cognitivo-conductual no aumentó la eficacia de esta ni en el postratamiento ni a los 2 años. Es posible que la terapia integradora sólo sea útil para aquellos pacientes que muestran en un grado suficiente determinados tipos de problemas interpersonales.
Por otra parte, Newman y Llera (2011) y Newman et al. (2013) han señalado que si una función de las preocupaciones es evitar el contraste emocional negativo (pasar de un estado emocional neutral o positivo a uno negativo o experimentar un incremento intenso en afecto negativo), las terapias cognitivo-conductuales actuales intentarían desmantelar la defensa cognitiva sin tratar los miedos subyacentes.
Por ello, proponen abordar la evitación del contraste emocional negativo mediante una exposición al mismo. Esto puede conseguirse induciendo primero un estado de relajación y luego pidiendo al paciente que imagine situaciones gradualmente más perturbadoras con las correspondientes consecuencias temidas, y que se fije en sus respuestas fisiológicas y afectivas para exponerse al contraste emocional negativo (Newman et al., 2014).
El tratamiento podría incluir también la exposición a imágenes emocionalmente evocativas de tipo agradable y desagradable. Además, dado que los pacientes podrían comportarse con otras personas de modo frío o sumiso para evitar contrastes emocionales negativos (por ejemplo, no ser cordiales para evitar el contraste con un posible rechazo posterior), debería explorarse la posible existencia de estos patrones de comportamiento y de su función para poder generar adecuadas situaciones de exposición o de resolución de problemas.
Referencias bibliográficas
- Almendro, M.T., Gómez, A., Erdocia, A., Díaz, M y Jiménez, G. (2019). Psicoterapias. https://www.pir.es/muestra6edipir/06psicoterapias.pdf
- American Psychiatric Association. (2014). DSM-5: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Editorial médica Panamericana.
- Bados, A. (2015). Trastorno de ansiedad generalizada: Guía para el terapeuta. Síntesis. https://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/65621/1/TAG.pdf
- Newman, M. G., & Erickson, T. M. (2010). Generalized anxiety disorder. In J. G. Beck (Ed.), Interpersonal processes in the anxiety disorders: Implications for understanding psychopathology and treatment (pp. 235–259). American Psychological Association. https://doi.org/10.1037/12084-009
- Newman, M. G., Castonguay, L. G., Borkovec, T. D., & Molnar, C. (2004). Integrative psychotherapy. In R. G. Heimberg, C. L. Turk, & D. S. Mennin (Eds.), Generalized anxiety disorder: Advances in research and practice (pp. 320–350). New York, NY: Guilford Press.
- Newman, M.G. y Llera, S.J. (2011). A novel theory of experiential avoidance in generalized anxiety disorder: A review and
synthesis of research supporting a contrast avoidance model of worry. Clinical Psychology Review, 31, 371-382. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0272735811000134 - Newman, M.G., Llera, S.J., Erickson, T.M., Przeworski, A. y Castonguay, L.G. (2013). Worry and generalized anxiety
disorder: A review and theoretical synthesis of evidence on nature, etiology, mechanisms, and treatment. Annual Review
of Clinical Psychology, 9, 275-297. https://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev-clinpsy-050212-185544 - Psikipedia. (2023). Perspectivas de tratamiento de la ansiedad. https://psikipedia.com/libro/terapia-cc/perspectivas-de-tratamiento-de-la-ansiedad