El desarrollo prenatal
El neonato llega al mundo con capacidad de sentir el ambiente y responder, pero después de luchar a través de un duro camino, debe comenzar a respirar, comer, adaptarse al clima y a responder a un medio confuso (Papalia et al., 2022). El recién nacido pasa bruscamente de un mundo cálido, oscuro y acuoso a un universo frío, gaseoso y lleno de luz. El primer mes es un periodo importantísimo porque el niño debe adaptarse a vivir fuera del ambiente protegido del útero materno, y sus sistemas corporales no están maduros. Las primeras cuatro semanas son el periodo de recuperación del proceso del nacimiento.
Los cambios más notables son (Timiras y Curry, 1972):
- Pasa del líquido amniótico al aire.
- Pasa de tener una temperatura constante y regulada a variable.
- Pasa de estímulos mínimos al ambiente estimular externo.
- Deja de nutrirse mediante el fluido sanguíneo materno para hacerlo mediante la alimentación externa.
- El suministro de oxígeno deja de ser desde la sangre a través de la placenta para ser puesto en marcha mediante los pulmones.
- La eliminación metabólica antes pasaba hacia la madre a través de la placenta, mientras que ahora lo hace por sus propios sistemas corporales.
Apariencia física y sistemas corporales del neonato
En sus primeros días de vida, los neonatos pierden alrededor del 10% de su peso debido a la pérdida de fluidos, pero alrededor del quinto día estabilizan la pérdida, y regresan al que tenían en el momento de nacer a los 10/14 días.
Sus características corporales son distintivas: cabeza grande (1/4 de la longitud del cuerpo); a veces esta cabeza puede tener una forma no muy definida por el moldeamiento, barbilla retraída y cartílago de la nariz maleable. El tinte rojizo tiene relación con la densidad de la piel, que es tan fina que permite la visión de los capilares a través de los cuales fluye la sangre. El vello prenatal (lanugo) y la capa grasa los cubren (vérnix caseosa) para evitar infecciones.
En estos primeros momentos, la necesidad de sobrevivir significa un cúmulo de demandas sobre los sistemas corporales, ya que hasta este momento todas las funciones físicas se hacían a través del cuerpo de la madre, pero ahora los bebés deben hacerlo todo por si mismos (Yunes-Zárraga et al., 2011):
- Sistema circulatorio: Feto y madre tienen sistemas circulatorios separados, sin embargo, la sangre del feto se limpia a través del cordón umbilical (oxígeno). Después, el sistema circulatorio debe de funcionar por si sólo. La frecuencia cardiaca es rápida e irregular y la presión arterial sólo se estabilizará hacía el décimo día de vida.
- Sistema respiratorio: El feto recibe oxígeno y expide dióxido de carbono a través del cordón umbilical. Un recién nacido necesita más oxígeno que antes y ha de conseguirlo por si mismo. En el momento de exponer al aire a un recién nacido este comienza a respirar, y si la respiración no ha comenzado dentro de los primeros cinco minutos, puede sufrir daño cerebral permanente por anoxia.
- Sistema gastrointestinal: En el útero el bebé dependía del cordón umbilical para su alimentación y deshecho; al nacer el niño cuenta con el reflejo de succión para alimentarse y secreciones gastrointestinales para digerirla. Cuando los intestinos están llenos, los músculos del esfínter se abrirán automáticamente, y durante muchos meses este movimiento no se podrá controlar. La ictericia que sufren más de la mitad de los bebés se debe a la inmadurez del hígado.
- Temperatura: Las capas de grasa que desarrollan durante la última etapa de la vida fetal ayudan a la estabilización de la temperatura del cuerpo después de nacer a pesar de los cambios externos. La temperatura dentro del medio acuoso oscila alrededor de los 37º, pero el aire de la sala de partos suele tener una temperatura entre 20 y 30 º. El sistema de control de temperatura empieza con un esfuerzo considerable, a los quince minutos del nacimiento contraen los vasos sanguíneos apartando la sangre de la superficie del cuerpo donde la temperatura es menor.
Los sentidos
1. Visión
El niño desde el nacimiento es capaz de ver, aunque no con la precisión de un adulto, es borrosa, aunque mejorará rápidamente en cuanto la corteza visual y los ojos maduren, al final del periodo neonatal la visión se ha aclarado, aunque tendrán que pasar meses hasta que vea como un adulto. Al nacer, un bebé es muy sensible a la luz intensa, por eso sus pupilas aparecen muy pequeñas para limitar la cantidad de luz que entra.
La capacidad de enfoque es reducida y no se acomoda perfectamente a la distancia de los objetos. La agudeza visual está muy reducida, es 30 veces menor que un adulto, y no se conseguirá hasta los cuatro años. La convergencia binocular, capacidad de enfocar los ojos hacía el mismo punto, tampoco está totalmente establecida, ya que puede ver una cosa con un ojo y otra con otro, o tener una especie de doble imagen. No podrá atribuir significado a los objetos, el niño no reconoce las cosas que ve.
Desde el momento del nacimiento distingue la luz de la oscuridad y los contornos de las cosas, paso de zonas más claras a más oscuras y los bordes de una figura que se destaca sobre el fondo.
2. Audición
La percepción auditiva ya está presente en el útero, pero el neonato no suele ser capaz de dirigir la cabeza hacía la fuente de sonido, suele mover los ojos hacía el sentido de la voz. Reacciona a los sonidos, los sonidos bajos y rítmicos le tranquilizan, tiene preferencia por determinadas frecuencias que corresponden a la voz humana, gracias a lo cual prestan especial atención al tipo de sonidos que luego imitarán. Parecen preferir los tonos exagerados al habla normal.
3. Olfato
Los olores que los adultos consideramos agradables producen relajación facial e iniciación de movimientos de succión. Bebés de menos de 12 horas reaccionan con desagrado a olores fuertes expresados mediante gestos faciales. El centro olfatorio se forma al comienzo del desarrollo fetal, lo cual significa que los recién nacidos tienen un agudo sentido del olfato.
Una interesante experiencia demostró que niños de dos días preferían un paño impregnado de leche materna a uno limpio y lo manifestaban con movimientos dirigidos hacía el paño. Mientras que al principio no mostraban diferencia entre la leche conocida y no conocida a los seis días si establecían diferencia orientándose hacía la leche con el olor de su madre, lo cual señala habituación rápida a ese olor.
4. Gusto
Desde el nacimiento el niño reconoce gustos y sabores y lo manifiesta mediante expresiones faciales, que están presentes antes de haber probado algún alimento, incluso leche. Los recién nacidos también son sensibles a la intensidad del gusto, con soluciones fuertes sus expresiones se intensifican.
Estados de activación
Tras observar la actividad de los recién nacidos, P.H.Wolff (1966), identificó seis estados de activación; son estados regulares y siguen un ciclo diario predecible. Los niños estarán alertos durante cortos periodos de tiempo durante la primera semana, y a menos que estén alimentándose pasarán el 75% del tiempo en algún estado de sueño, porque es probable que para ellos sea sea necesario para desconectar de la cantidad de situaciones potencialmente estimulantes que hay.
- Sueño regular: Los ojos están cerrados y el cuerpo relajado por completo, el rostro también relajado y los párpados inmóviles. La respiración es lenta y regular.
- Sueño irregular: Los ojos están cerrados, pero se observan movimientos suaves de las extremidades o movimientos oculares rápidos. Se observan muecas y otras expresiones faciales. La respiración es irregular y más rápida que en el sueño regular.
- Somnolencia: El niño se muestra muy inactivo, abre los ojos, que parecen embotados y los cierra. La respiración es regular pero más rápida que en el sueño regular.
- Inactividad alerta: Los ojos están abiertos, brillantes y siguen los objetos en movimiento. El niño se encuentra inactivo, pero con el rostro sereno
- Actividad en la vigilia: Realiza actividades en las que participa todo el cuerpo, tiene los ojos abiertos y la respiración es irregular
- Llanto: El niño llora y ejecuta una actividad motora vigorosa y desorganizada, el llanto adopta múltiples formas, llanto de hambre, de enfado, de dolor, de malestar. El niño no atiende a los estímulos exteriores
Patrones de sueño
Los recién nacidos duermen alrededor de 16 o 17 horas cada 24, rara vez lo hacen más de cuatro horas sin despertarse. El recién nacido comienza su vida despierto y alerta durante unas dos horas y después duerme durante ciclos de unas cuatro horas. En cada ciclo sólo estará despierto una media hora. El sueño conserva la energía para el crecimiento y surte un efecto protector de estimulación externa.
El ciclo del neonato de sueño/vigilia está íntimamente relacionado con la nutrición; duerme, se despierta hambriento, come, permanece en alerta tranquila durante un corto periodo de tiempo, se adormece y vuelve a quedarse tranquilo. La armonía con la que enlaza estos ciclos con el mundo dependerá de la sociedad en la que nazca.
Patrones de alimentación
En los primeros días los periodos de la alimentación pueden ser irregulares, pero muy pronto se establece un ajuste que lleva a que la alimentación se produzca cinco o seis veces al día. Más tarde se producen algunos cambios y los periodos entre comidas se hacen más largos.
En el primer acto de mamar, el bebé puede succionar con fuerza, pero al cabo de unos pocos días chupará, tragará y respirará coordinadamente. Un neonato puede tragar tres veces más rápido de lo que lo haría un adulto y hacerlo al mismo tiempo que respira; para ello presiona el pezón contra el paladar, adaptando su succión a la consistencia y fluido del líquido. Mamar también proporciona estimulación oral, satisface el gusto del bebé, ejercita la boca y los músculos de la garganta, aporta contacto social y supone una poderosa fuente de alivio para un bebé inquieto.
Llorar, dormir y succionar parecen funcionar conjuntamente para mantener y cambiar los estados del bebé, regulando los periodos de calma y atención.
Referencias bibliográficas
- Curry, J. J., & Timiras, P. S. (1972). Development of evoked potentials in specific brain systems after neonatal administration of estradiol. Experimental Neurology, 34(1), 129-139. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/001448867290194X
- Papalia, N., D’Souza, R. D., & Hobson, S. R. (2022). Optimal timing of labour induction in contemporary clinical practice. Best Practice & Research Clinical Obstetrics & Gynaecology, 79, 18-26. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1521693421001814
- Wolff, PH (1966). Las causas, controles y organización de la conducta en el recién nacido. Cuestiones psicológicas , 5 (1), 1-105. https://europepmc.org/article/med/5984605
- Yunes-Zárraga, J. L. M., Herrera-Pen, M., & Ávila-Reyes, R. (2011). Composición corporal en el recién nacido. Pediatría de México, 13(3), 114-119. https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=31703