«Muchos de nosotros, la mayor parte del tiempo no nos escuchamos, sino que escuchamos las voces introyectadas de mamá, papá, el sistema, los mayores, la autoridad o la tradición» (Abraham Maslow).

¿Qué es la corriente Eudaimónica?

La corriente Eudaimónica entiende que la felicidad está ligada a la potencialidad humana. Eudaimonía viene del griego (eu=yo, daimon=demonio). El bienestar se entiende como una felicidad basada en el desarrollo de las potencialidades humanas. Serás feliz solamente cuando desarrolles estas potencialidades. El no cumplimiento de estas implica infelicidad, frustración y desaprobación social, mientras que el cumplimiento provocará todo lo contrario.

En esta corriente, el bienestar psicológico parte de las ideas de Aristóteles, quien consideraba que los hombres debían vivir de acuerdo a su Daimon, es decir, el ideal de perfección hacia el que uno aspira y que dota de sentido a su vida (Ryan & Deci, 2001, como se cita en Miralles, 2015). Esta corriente se relaciona con las acciones realizadas por las personas, las cuales deben ser congruentes con sus valores. Dichos actos ayudan a que las personas se sientan vivas, en plenitud y únicas (Waterman, 1993, como se cita en Conde, 2015).

Ryff y Singer (1998) proponen el término bienestar psicológico, concepto que representa en mayor medida a la corriente Eudaimónica. Estos autores describen al bienestar psicológico desde una perspectiva del desarrollo del potencial individual (como se cita en Conde, 2015). De esta manera, el bienestar psicológico es el resultado del buen vivir a lo largo de los años.

6 Virtudes y 24 fortalezas psicológicas para la felicidad

Felicidad y bienestar según la corriente Eudaimónica

Dentro de esta perspectiva psicológica nos encontramos con diferentes autores que explican, a partir de sus investigaciones, cómo se consigue la felicidad, basándose en la premisa de la potencialidad humana.

Carol Ryff y la multidimensionalidad de la felicidad

Una de las principales representantes es Carol Ryff, quien creó un modelo multidimensional para medir la felicidad (Miralles, 2015):

  • Autoaceptación: evaluación positiva de uno mismo y la propia vida pasada. Las personas intentan sentirse bien consigo mismas incluso siendo conscientes de sus propias limitaciones.
  • Relaciones positivas con los otros: la gente necesita mantener relaciones sociales estables y tener amigos en los que pueda confiar. Incluye la confianza y la capacidad de amar.
  • Autonomía: sostener la propia individualidad. Sentido de determinación, independencia y autorregulación.
  • Dominio del entorno: capacidad que tenemos para diseñar los contextos que nos hagan felices. Un entorno que nos satisfaga las necesidades y deseos.
  • Propósito en la vida: la creencia de que la propia vida tiene un propósito y un significado. Las personas necesitan marcarse metas, definir una serie de objetivos que les permitan dotar a su vida de un cierto sentido. Capacidad de proponerse y lograr metas significativas.
  • Crecimiento personal: desarrollar las potencialidades para poder crecer. Proceso continuo de desarrollo del potencial humano.

Martin Seligman y las vías para conseguir la felicidad

Otro de los autores partícipes de esta corriente es Martin Seligman, quien en 2003 hizo una investigación que mostró que hay al menos tres vías fundamentales por las cuales las personas se pueden acercar a la felicidad:

  1. La vida placentera: incluiría aumentar las emociones positivas referentes al pasado, presente y futuro.
  2. La vida comprometida: se refiere a la puesta en práctica cotidiana de las fortalezas personales con el objetivo de desarrollar un mayor número de experiencias óptimas (concepto de flow o estado de flujo).
  3. La vida significativa: incluye el sentido vital y el desarrollo de objetivos que van más allá de uno mismo.

Teoría del crecimiento personal de Abraham Maslow

Maslow postula que todas las personas tienen una enorme capacidad de hacerse cargo de su propia vida (Maslow, 2016). Tenemos independencia, no somos presos de nuestro inconsciente como dice el psicoanálisis. Tenemos que ser libres y ser conscientes y responsables de nuestra propia libertad.

Estamos configurados por unos elementos, unos valores internos de cada persona: bondad, sabiduría, creatividad, capacidad de amar, serenidad, significado, crecimiento, autonomía (Maslow, 2016) Forman nuestra estructura psíquica profunda. Esto nos diferencia de los animales. No tenemos otra elección que poner en acción todas esas potencialidades. Somos una cantidad de cosas que tenemos que sacar, poner en acción.

Nosotros podemos elegir si actualizamos nuestras potencialidades o no. Un pajarito en 2 meses sabe hacerse su nido, pero nosotros no somos así. Si no actualizamos las potencialidades (lo cual requiere un esfuerzo), entramos en malestar. El bienestar significa sacar todas. Todo capital que no es explotado disminuye. Toda capacidad que tengamos, exige ser utilizada.

Hay personas enfermas porque no se están tomando en serio sus propias potencialidades y no están siendo responsables. La actualización es optativa, pero cuando no se decide hacer, funciona como una enfermedad. Maslow dice: como la actualización no es automática, tenemos que hacer un esfuerzo (Maslow, 2016).

El Daimon

Un cierto carácter o una llamada de una voz interior sería la que nos está llevando al desarrollo de nuestro destino (Hillman, 2014). Esto sería el daimon. Platón dijo que nuestra alma elige un propósito para que lo cumplamos, y para ello, estamos acompañados por un daimon, que es un compañero espiritual que nos indica que cumplamos el destino de nuestra alma (Saavedra, 2023). Veamos como lo define James Hillman (2014) en su libro titulado El código del  alma:

Al alma de cada uno de nosotros, antes del nacimiento, se le da una daimon singular, el cual ha seleccionado una imagen o pauta para vivir en la Tierra. El acompañante del alma, el daimon, nos guía en este mundo, recuerda lo que contiene nuestra imagen y lo que pertenece a nuestra pauta. En consecuencia, el daimon es el portador de nuestro destino. (p.78).

El daimon es una voz que te indica el camino, le tenemos siempre «detrás» para ayudarnos a seguir el camino. Sabe quién eres tú antes que tú. Aparte de las potencialidades humanas de las que hemos hablado, están las individuales, que son lo que el daimon decide que tú eres. Este guía también ha planeado que tus padres se conozcan, pues sabe que de ellos vas a salir tú, portador de una misión y una vocación.

Hillman propone la teoría de la bellota, concepto recogido gracias a C.G. Jung, donde sostiene que cada persona posee un carácter único que pide ser vivido y que ya se encuentra presente antes de que pueda serlo (Macías, 2019). «El acompañante del alma, el daimon, nos guía en este mundo, recuerda lo que contiene nuestra imagen y lo que pertenece a nuestra pauta» (Hillman, 1998, p.64).

Referencias bibliográficas

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