Cuando hablamos de prescripción en psicología nos referimos a las recomendaciones específicas que los terapeutas dan a los clientes para ayudarles a cambiar o manejar comportamientos, pensamientos, o emociones que pueden estar causándoles angustia o problemas en su vida diaria.
Las prescripciones pueden ser muy variadas y adaptadas a las necesidades específicas del individuo. Pueden ser tan sencillas como sugerir que una persona haga más ejercicio físico para mejorar su salud mental, o pueden ser tan complejas como pedir a alguien que lleve un diario de los pensamientos negativos que tiene durante el día y que busque formas de desafiar o cambiar esos pensamientos.
Existen diferentes tipos de prescripciones, entre las que se incluyen las directas, las indirectas y las paradójicas. Vamos a profundizar en cada una de ellas.
Prescripciones directas
Las prescripciones directas son instrucciones claras y específicas que un terapeuta da a su paciente para que realice ciertas acciones o cambios en su comportamiento, pensamientos o emociones. Estas instrucciones están destinadas a fomentar la superación de dificultades, el crecimiento personal y la resolución de conflictos emocionales o psicológicos.
Estas prescripciones pueden variar mucho, dependiendo de la situación y las necesidades del paciente. Pueden incluir tareas a realizar entre las sesiones de terapia, cambios en el comportamiento diario, técnicas de afrontamiento para utilizar en situaciones difíciles, etc.
Un caso de ejemplo
José es un un hombre de 40 años que es gerente de una gran empresa. Acude a terapia para solicitar ayuda profesional, pues está lidiando con un alto grado de estrés crónico debido a una carga de trabajo excesiva. Suele trabajar hasta tarde la mayoría delos días, incluso los fines de semana para cumplir con las demandas de su trabajo. Llega a la terapia porque se siente constantemente agotado y estresado, y le está costando mucho mantener su concentración durante el día. No parece tener tiempo para relajarse o cuidar de sí mismo.
El terapeuta se da cuenta de que José está descuidando su propio bienestar en favor de su trabajo. Como resultado, decide utilizar una prescripción directa para abordar este problema.
El psicólogo le dice a José: «Al parecer tu trabajo está ocupando la mayor parte de tu tiempo y energía, y parece que te está costando cuidar de ti mismo. Durante la próxima semana, quiero que intentes dedicar al menos 30 minutos al día a una actividad de autocuidado que disfrutes. Puede ser cualquier cosa que te ayude a relajarte y a desestresarte. Puedes optar por leer un libro, dar un paseo, practicar yoga, meditar, o incluso simplemente tomar un baño caliente. Lo importante es que esta actividad sea algo que hagas solo para ti y que te ayude a relajarte.»
Aquí, la prescripción directa del psicólogo es específica y clara. Proporciona un marco de tiempo específico (30 minutos al día durante la próxima semana), ofrece sugerencias de actividades y enfatiza la importancia de este tiempo para el autocuidado.
José, que hasta ahora no se había tomado tiempo para sí mismo, ahora tiene una tarea concreta a realizar, con instrucciones específicas. La prescripción directa del psicólogo le brinda un punto de partida para comenzar a cuidar mejor de sí mismo y manejar su estrés. Esta prescripción puede revisarse y ajustarse en futuras sesiones de terapia, según el progreso de José y las necesidades cambiantes.
Prescripciones indirectas
Las prescripciones indirectas en psicología son sugerencias o consejos que el terapeuta ofrece a su paciente de una manera menos explícita que en las prescripciones directas. Estas suelen estar diseñadas para llevar al paciente a descubrir por sí mismo la solución a su problema, estimulando la introspección y el auto-descubrimiento.
Un ejemplo de prescripción indirecta podría ser el uso de metáforas o analogías para que el paciente llegue a su propia comprensión de su situación o para fomentar un cambio en su forma de pensar.
Un caso de ejemplo
Supongamos que Laura es una paciente que está atrapada en un patrón de relaciones dañinas y tóxicas. Sin embargo, ella no logra entender plenamente por qué se ve constantemente atrapada en tales relaciones. En lugar de decirle directamente que debe dejar de ver a las personas que la tratan mal, el terapeuta podría usar una prescripción indirecta.
Laura es una mujer de 30 años que ha estado asistiendo a la terapia debido a su tendencia a involucrarse en relaciones románticas tóxicas. A pesar de sus mejores intenciones, parece terminar una y otra vez con parejas que la tratan mal o no valoran su bienestar.
Su terapeuta ha estado trabajando con ella en este tema, pero ha notado que cuando le da consejos directos (como «Deberías dejar de ver a esa persona»), Laura tiende a resistirse o a ponerse a la defensiva.
Decidiendo tomar un enfoque más indirecto, el psicólogo decide utilizar una metáfora para ayudar a Laura a ver su situación desde una perspectiva diferente. En una sesión, le dice a Laura:
«Laura, imagina por un momento que eres una jardinera y que tu vida es tu jardín. Como jardinera, tienes la responsabilidad de decidir qué plantas cultivar y qué malezas eliminar. Si constantemente plantas semillas de maleza o permites que las malas hierbas se apoderen de tu jardín, es probable que no te quede mucho espacio para las flores y las plantas que realmente quieres y aprecias. ¿Cómo te hace sentir esta analogía? ¿Crees que podría haber alguna conexión con las relaciones que has tenido?»
Aquí, el terapeuta no le está diciendo a Laura qué hacer. En lugar de eso, está utilizando una metáfora para ayudarla a ver su situación de una manera nueva. Espera que Laura pueda hacer la conexión entre la metáfora y su propia vida, lo que puede permitirle comprender mejor sus propios patrones de comportamiento y tomar decisiones más saludables en el futuro.
En sesiones posteriores, el terapeuta puede volver a visitar esta metáfora y explorar cómo Laura la ha aplicado en su vida. Esto podría implicar hablar sobre las «malas hierbas» que Laura ha identificado en su vida y las estrategias que está utilizando para «arrancar» estas malas hierbas y «plantar» relaciones más saludables.
Prescripciones paradójicas
Las prescripciones paradójicas en psicología son técnicas terapéuticas en las que se le pide al paciente que haga algo que parece contradecir el objetivo terapéutico. Es una estrategia que a menudo se usa en terapias sistémicas. La idea es que al pedir al paciente que intencionalmente se comporte de una manera que exagere o enfatice su problema, se puede inducir un cambio.
En este tipo de prescripciones es fundamental que esta técnica sea supervisada de cerca por el terapeuta y que se evalúe su efectividad. No todas las personas responderán de la misma manera a las prescripciones paradójicas, y es importante que el terapeuta esté preparado para cambiar de estrategia si esta no resulta útil o si causa angustia adicional al paciente.
Varios casos de ejemplo
Caso 1
Un ejemplo clásico de una prescripción paradójica es la «intención paradójica» que se utiliza en el tratamiento de la ansiedad y las fobias. Supongamos que un paciente tiene miedo de hablar en público y se pone muy nervioso cuando tiene que hacerlo. En lugar de sugerir técnicas de relajación o de afrontamiento, el terapeuta podría utilizar una prescripción paradójica y decirle al paciente que en su próxima presentación intente ponerse lo más nervioso posible. De esta manera, podría comenzar a darse cuenta de que su miedo es algo que él mismo está controlando, lo que podría disminuir su ansiedad.
La idea detrás de este enfoque es que al intentar deliberadamente aumentar su ansiedad, el paciente puede darse cuenta de que en realidad tiene un cierto grado de control sobre sus emociones. Por otro lado, al enfrentar directamente su miedo, puede comenzar a desensibilizarse a la situación y, por lo tanto, reducir su ansiedad general.
Sin embargo, las prescripciones paradójicas deben ser utilizadas con cuidado y por terapeutas experimentados, ya que pueden ser confusas para el paciente o incluso exacerbar el problema si no se utilizan correctamente. También es esencial el seguimiento y la revisión constante de los efectos de estas prescripciones para asegurar que estén siendo útiles y no causen daño.
Caso 2
Imaginemos a una paciente llamada Ana. La paciente sufre de insomnio crónico y tiene dificultades para conciliar el sueño. A pesar de haber intentado diversas estrategias para mejorar su sueño, como limitar la cafeína y establecer una rutina de sueño regular, sigue luchando.
Su terapeuta entonces decide usar una técnica paradójica en su próximo encuentro. En lugar de continuar sugiriendo métodos tradicionales para fomentar el sueño, le dice a Ana que haga lo contrario.
El psicólogo prescribe lo siguiente: «Ana, para nuestra próxima sesión, quiero que pruebes algo diferente. En lugar de intentar dormir, quiero que intentes mantenerte despierta toda la noche. Acepta y acoge la idea de no dormir en lugar de luchar contra ella. Haz todo lo posible por mantener los ojos abiertos y permanecer despierto».
Aquí, el terapeuta le está pidiendo a Ana que haga exactamente lo opuesto a lo que quiere lograr. A primera vista, esta prescripción parece contradecir el objetivo de Ana de dormir mejor.
Sin embargo, la lógica detrás de esta prescripción paradójica es que al eliminar la presión de tener que dormir, Ana podría reducir su ansiedad en torno al sueño. Al intentar permanecer despierta, es posible que Ana se quite la presión de «tener que dormir», lo que podría permitirle relajarse y, paradójicamente, caer en un sueño más fácilmente.
Caso 3
También suele utilizarse las prescripciones paradójicas en terapia familiar. Imaginemos una familia en la que los padres, llamados Marta y Luis, están preocupados por su hijo adolescente, Pedro, quien se muestra cada vez más rebelde y desafiante. La lucha constante por el control ha creado un ambiente de tensión y conflicto en la casa.
En este caso, el terapeuta familiar puede optar por una prescripción paradójica. En lugar de sugerir que Marta y Luis incrementen su control y disciplina sobre Pedro (lo que parece ser la solución obvia), el terapeuta podría sugerir lo contrario.
El terapeuta podría decir: «Marta y Luis, en lugar de intentar controlar más a Pedro, me gustaría que durante la próxima semana le dieran más libertad. Déjenlo tomar sus propias decisiones sobre su tiempo libre, sus tareas y su horario de estudio. No le pongan ninguna restricción ni límite, y no le recriminen por sus decisiones».
A primera vista, esta prescripción parece contradictoria. ¿No está Pedro ya fuera de control? ¿No deberían Marta y Luis tratar de implementar más disciplina en lugar de darle más libertad?
Pero la idea detrás de la prescripción paradójica es que al cambiar la dinámica familiar y eliminar la lucha por el control, Pedro puede sentirse menos inclinado a ser rebelde y desafiante. Además, dándole más autonomía, Marta y Luis podrían fomentar en Pedro un mayor sentido de responsabilidad y madurez.
Principales tipos de Terapia Psicológica o Psicoterapia en psicología
Referencias
- Haley, J. (1993). Terapia para resolver problemas: Técnicas terapéuticas que funcionan. Barcelona, España: Paidós.
- Minuchin, S. (1974). Familias y terapia familiar. Buenos Aires, Argentina: Gedisa.
- Madanes, C. (1995). Técnicas de terapia familiar. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
- Watzlawick, P., Beavin, J., & Jackson, D. D. (1981). Teoría de la comunicación humana: Interacciones, patologías y paradojas. Barcelona, España: Herder.