Las tareas de desarrollo, como definió Havighurst (1973), son todas aquellas acciones y actividades que aparecen en cierto periodo de la vida del individuo, cuyo cumplimiento exitoso lleva a la felicidad y al bienestar, y cuyo no cumplimiento exitoso llevaría a la infelicidad, desaprobación social y frustración, además de no permitirte realizar con éxito las tareas de la época siguiente. Havighurst propuso tareas de desarrollo para la juventud, adultez y vejez

Tareas de desarrollo en la juventud

En la juventud hay que cumplir cuatro tareas de desarrollo diferentes para conseguir felicidad y sentar las bases para la época siguiente (Páez, 2014):

  1. Independencia o autonomía: ser independiente. Hay cuatro tipos de independencia:
    • Económica
    • Emocional: mantenerte en tu emoción, reconocer tu emoción. Mis emociones son las mías y no las ajenas.
    • Social: poder estar y hacer cosas solos.
    • Cognitiva: ser crítico y autocrítico, mantener tus opiniones, toma de decisiones. Para ser crítico hay que saber ricamente sobre el tema.
  2. Identidad: es responderte a quién eres. ¿Quién soy y cómo soy?. Tener una idea de mis cualidades, posibilidades, vocaciones, limitaciones. 
  3. Profesión: muy conectada con la identidad. Algunos la llaman identidad diferida o proyectada. Uno es lo que proyecta en el futuro, la profesión que quiere ser. Si no sabes lo que quieres ser, no sabes quién eres, no sabes tu identidad. Debemos tener una sensación de competencia, que tenemos que tener continuamente en la cabeza. 
  4. Intimidad: diferenciamos tres tipos de intimidad:
    • Intimidad de pareja: qué hago con la relación de pareja. Mostrar lo que eres a la otra persona, sino tienes identidad, muestras algo falso o te conviertes en el otro si tiene identidad. Para que tengas una relación tiene que haber dos identidades, aunque esas relaciones funcionan de forma más complicada que una relación en la que uno o los dos no tienen identidad.
    • Amigos/pares: se van seleccionando según lo que te aportan, te conviene, con lo que te sientes bien… Las amistades cambian en la adolescencia
    • Padres: los ves de forma diferente. No eres solo hijo y no solo son tus padres.

9 tareas de desarrollo en la adultez y vejez

Convertirse en adulto exige completar de manera exitosa una serie de tareas del desarrollo (Havighhurst, 1973). Una vez que esas tareas son cumplidas, el individuo puede entrar en otro periodo o fase de la vida. Las tareas de desarrollo de la adultez y vejez son:

1. Ajustarse a los cambios físicos de la mediana edad

Llega el día en que muchos adultos se dan cuenta de que están fuera de forma; no pueden correr tan rápido, cargar pesos o realizar mucho ejercicio físico sin cansarse. Algunas mujeres equiparan la pérdida de la capacidad reproductiva que tiene lugar en la menopausia con la pérdida de la sexualidad y la juventud. Esos cambios físicos hacen necesario que se realicen ajustes psicológicos en el estilo de vida y los hábitos de salud para mantenerse tan saludable como sea posible.

2. Encontrar satisfacción y éxito en la vida profesional

La edad madura es el periodo más fructífero del trabajo profesional y creativo. Las personas de mediana edad se convierten en las de mayor experiencia y madurez, aunque la mediana edad puede ser también un tiempo de expectativas insatisfechas. Al darse cuenta de que ya no encuentran que su trabajo sea interesante, los adultos pueden empezar a reconsiderar lo que desean hacer durante la segunda mitad de su vida. Pueden modificar sus sueños en términos de nuevas direcciones o localizaciones en sus actuales, o en términos de una carrera totalmente diferente.

3. Asumir responsabilidad cívica y social

A los adultos de 40 a 60 años se les ha llamado la «clase dominante» o la «generación al mando«, ya que son los que tienen el control de la sociedad y sus instituciones sociales. Son quienes establecen las normas, quienes toman las decisiones y quienes dirigen las oficinas. Su participación en la vida comunitaria es esencial para el progreso de la sociedad. Por lo general, los intereses y la participación en la comunidad se incrementan durante esos años.

4. Llevar a los hijos a una vida adulta feliz y responsable

Antes de que ocurra la salida de casa, transcurren largos años en que deben preparar a los hijos para la vida adulta independiente. En general, la dependencia de los hijos respecto a los padres disminuye gradualmente y el control paterno se desvanece poco a poco hasta que los hijos son capaces de manejar sus propias vidas. En este punto, parte de las tareas del desarrollo consiste en ceder la responsabilidad y el control de los hijos

5. Revitalizar el matrimonio

Las necesidades matrimoniales dependen de lo que el matrimonio haya experimentado a lo largo de los años. Es común que la satisfacción matrimonial disminuya al inicio y en los años medios del ciclo vital. Una pareja cuyos hijos ya son independientes ahora sólo se tienen uno al otro, y enfrentan la tarea de resolver los problemas, eliminar resentimientos, volver a conocerse y acercarse una vez más.

Goldstine (1977) sugiere que en la mayoría de los matrimonios existen tres ciclos: enamorarse, desenamorarse y volver a enamorarse, y que el último ciclo es el más difícil y el más gratificante. Algunos no pueden ser revitalizados y la pareja puede divorciarse en la edad madura. En ocasiones, vuelven a contraer matrimonio y a empezar de nuevo.

6. Reorientarse hacia los padres que envejecen

Para el momento en que los adultos alcanzan los 40 años, sus padres tienen entre 58 y 80, con las edades más comunes entre 65 y 70 años. Por ende, durante la edad madura los hijos ven a sus padres envejecer, retirarse y quizá enfermar y morir. Las personas de mediana edad adquieren la responsabilidad de brindar apoyo a sus padres que envejecen: apoyo económico, cuidado personal, transporte, comida, compañía, ayuda médica, cuidado de la casa o un lugar donde vivir.

7. Reorientar los roles sexuales

Ya que los hijos son independientes, el cruce de los roles sexuales adultos se hace más evidente. Una vez que los hijos han partido, las mujeres disponen de mayor libertad, ya no están atadas y algunas que no trabajaban aceptan un empleo fuera de casa. Esta mayor independencia personal y económica les brinda mayor autoridad, y se hace necesario que el marido se ocupe de algunas tareas que antes realizaba la esposa. Algunos maridos objetan la independencia de sus mujeres y sus nuevos roles.

8. Desarrollar nuevos grupos sociales y actividades para disfrutar del tiempo libre

La mediana edad trae un cambio en el foco de las actividades sociales. Quienes antes participaban en actividades centradas en la familia sienten la necesidad creciente de participar en actividades centradas en la pareja. Los adolescentes salen con amigos, los hijos mayores se mudan de la casa y dejan a la pareja a sus propios recursos. Como resultado, las amistades adultas adquieren mayor importancia.

9. Encontrar un nuevo significado a la vida

La madurez puede traer aparejado un mayor interés en la diversión, en atender los propios intereses y pasatiempos o en desarrollar actividades totalmente nuevas para ocupar el tiempo libre. No es extraño que las personas maduras exploren intereses que habían ignorado durante los años que dedicaron a criar a sus hijos. Algunos viajan a los lugares que siempre habían deseado visitar. Una meta de la edad madura es encontrar un nuevo significado a la vida.

Éste puede ser un periodo de introspección en que se examinan los sentimientos, actitudes, valores y metas propios. Existe la necesidad de volver a definir la propia identidad y de responder a preguntas como ¿Quién soy yo?, ¿a dónde voy de aquí? Esos años pueden ser un tiempo de rejuvenecimiento del yo y de enriquecimiento de la propia vida.

Las 7 etapas del desarrollo cognitivo del ciclo vital de K. W. Schaie

Referencias bibliográficas

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